La imagen fue regalada a Esmeralda por su suegro y no fue hasta después de unos días que de los ojos de la imagen empezó a brotar gotas de sangre, hecho que alargó a todos los los familiares que no podían creer lo que sucedía, la voz se corrió y actualmente a la casa de Esmeralda van muchos fieles a visitar al niño que llora sangre.
Esmeralda afirma que al inicio pensaba que no era algo real, pero su hijo fue quien se percató del hecho y entonces empezó a creer. Cuando Esmeralda vio que le brotaban gotas de sangre de los ojos, le comenzó a limpiar, pero al día siguiente la sangre estaba en el rostro, había vuelto a llorar.
Desde ese entonces la familia a colocado al niño Jesús en una vitrina para mantenerlo seguro de los vecinos y de gente extraña que llega a visitarlo.
Los sacerdotes de la localidad dicen que no se trata de un milagro y que de seguir así, amenazan con llevarse la imagen del niño a una iglesia, algo a lo que Esmeralda se rehúsa, ya que afirma que fue un regalo y por ende, le pertenece.