El entrelazamiento es un fenómeno cuántico, sin equivalente clásico, en el cual los estados cuánticos de dos o más objetos se deben describir mediante un estado único que involucra a todos los objetos del sistema, aún cuando los objetos estén separados espacialmente. Esto lleva a correlaciones entre las propiedades físicas observables. Por ejemplo, es posible preparar (enlazar) dos partículas en un solo estado cuántico de espín nulo, de forma que cuando se observe que una gira hacia arriba, la otra automáticamente recibirá una «señal» y se mostrará como girando hacia abajo, pese a la imposibilidad de predecir, según los postulados de la mecánica cuántica, qué estado cuántico se observará.
Esas fuertes correlaciones hacen que las medidas realizadas sobre un sistema parezcan estar influyendo instantáneamente otros sistemas que están enlazados con él, y sugieren que alguna influencia se tendría que estar propagando instantáneamente entre los sistemas, a pesar de la separación entre ellos.
Este hecho ofendió a Einstein, quien afirmaba que el paso de información entre dos puntos en el espacio a una velocidad superior a la de la luz era imposible.
La siguiente idea caracteriza la independencia relativa de objetos que están muy alejados uno de otro en el espacio (A y B): una influencia externa en A no puede influir directamente sobre B; esto es conocido como el principio de acción local, y es empleado una y otra vez en teoría de campos. Si suprimiéramos por completo este axioma, resultaría inviable la idea de la existencia de sistemas semicerrados, y no podríamos postular leyes que se pudieran comprobar experimentalmente en el sentido aceptado.Albert Einstein (1948). Quanten-Mechanik und Wirklichkeit. Dialectica 2: 320 – 324.
En 1964, el científico norirlandés John S. Bell desarrolló un experimento diseñado para descartar las variables ocultas que podrían ofrecer una explicación no extraña para la «acción a distancia». Pero todas las pruebas efectuadas por el científico contenían «agujeros» que, de acuerdo a los críticos, evitaban que se validara el entrelazamiento.
Ahora, en un artículo publicado en Nature, científicos de la Universidad de Delft, Holanda, describen como han logrado entrelazar electrones depositados en trampas de diamantes y separados entre sí por 1.3 km de distancia, en lados opuestos del campus, cerrando así los agujeros en el experimento de Bell.
«Las cosas se ponen muy interesantes cuando dos electrones se entrelazan», dijo el profesor Ronald Hanson, líder del proyecto. «Entonces ambos están en superposición, pero al observarlos uno siempre estará arriba y otro abajo; están perfectamente correlacionados, cuando observas uno, el otro siempre estará en oposición. El efecto es instantáneo, incluso si el otro electrón estuviera en un cohete al otro lado de la galaxia», explicó.
El nuevo experimento utilizó pares de electrones simples para asegurarse de medirlos a todos, permitiendo así cerrar el agujero de «detección». Además, la distancia de 1.3 km entre los detectores fue suficiente como para que la luz viajara entre ellos dando tiempo a recibir una respuesta, cerrando de esta forma el agujero de «localidad» —i.e. algo que ocurre en un lugar no debería afectar a cualquier cosa que suceda en un lugar lejano—.
«Demostraciones previas del experimento de Bell tuvieron fisuras que fueron utilizadas por algunos científicos para invalidar los resultados y no aceptar la existencia de lo que Einstein llamó peyorativamente “acción espeluznante a distancia”. Sin embargo, esta nueva demostración por parte de Hanson y sus colegas ha cerrado las fisuras más importantes», dijo el prof. Kai Bongs de la Universidad de Birmingham.
Implicaciones filosóficas
Además de las implicaciones tecnológicas que podrían derivar en, por ejemplo, técnicas de encriptación más seguras para las comunicaciones, las preguntas filosóficas que se desprenden de este experimento pueden llegar a ser muy alucinantes. Por ejemplo, si la separación es una ilusión, ¿estamos todos conectados a pesar de percibirnos como seres individuales? ¿Existe un «campo de consciencia o conocimiento» en común accesible por la mente? ¿Estamos entrelazados con un «yo superior» y espiritual que de alguna forma influye en el resultado de lo que hacemos en el mundo material?
Como es arriba es abajo y viceversa, una vieja ley hermética que tal vez nos dé una pista sobre las respuestas a esas preguntas…