Sí, aunque no lo creas cada persona que llega a nuestra vida nos traen grandes lecciones algunas más agradables que otras. El simple hecho de reconocer y de entender cual fue esa valiosa enseñanza tras el dolor y el sufrimiento en algunos caso o la dicha y la alegría son fundamentales para crecer.
Esas personas que nos hieren también dejan grandes lecciones, el reconocer y apreciar a las personas que realmente nos aman, nos ayudan a entender que la prioridad en cualquier tipo de relaciones siempre serás tu, tu amor propio, tu dignidad, tu valor. Ese dolor inicial por lo general se traduce en emociones negativas que son válidas al principio pero que tu decides si quieres estar toda la vida anclada a esa persona a través de los recuerdos o prefieres avanzar.
En este caso, el alejarse de ellas es la mejor opción, ya tu prioridad eres tu. No importa cuanto tiempo lleves con esa persona, es mejor decir ADIÓS y eliminarla de tu vida que permanecer con ella amargándote la tuya, esto puede traducirse en relaciones laborales, familiares, amistad y amorosas.
Así mismo, aparecen ángeles o seres que nos brindan una ayuda emocional tan grande, nos ayudan, nos fortalecen, nos guían, nos brindan su apoyo físico, espiritual o emocionalmente. Están por la razón que tú necesitabas que estén allí. Pero, esto usualmente no dura para siempre y esta bien, Aprendiste de ellas, gozaste de su compañía y te ayudaron a crecer personal y espiritualmente. Han cumplido su ciclo y es absolutamente valido.
Esto no es malo, al contrario, al entender cual fue el propósito de su presencia en nuestras vidas nos ayudan a avanzar y seguir creciendo. Tu trabajo es aceptar la lección, querer a esa persona, usar y practicar lo que has aprendido en todas las demás relaciones y áreas de tu vida.
Así que si en estos momentos sientes que esa persona jamás debió aparecer o jamas debió irse es hora de que aceptes y entiendas su misión en tu vida y afirmes: ¡ Gracias por ser parte de mi historia de vida ! Gracias a ti crecí, aprendí y avance. Gracias