Hoy te contaremos una historia impresionante. Un inocente perrito fue llevado a uno de esos refugios donde sacrifican animales, si no consiguen quien los adopte.
Sin importar su edad, salud o actitud, estos refugios ejecutan a todos los animales que no tienen dueño, pues es una medida del gobierno para evitar la sobrepoblación de perros callejeros.
Curiosamente, el perro que te hablaremos a continuación, tenía menos oportunidades de sobrevivir, pues su dueño le pago al veterinario del refugió para que durmiera a su mascota, pues a esta le había salido una impresionante bola en su estómago que no dejaba de crecer.
El sufrimiento del animal era evidente y según el veterinario del refugio, llevaba por lo menos un año entero cargando esa enorme bola, que luego de examinarla, resultó ser un tumor de aproximadamente 4 kilos, sin embargo, lo que hizo el veterinario te dejará con los ojos cuadrados.
El veterinario sabía que la raza de ese perro es muy extraña y por eso, luego de que su dueño se fue dejando al animal ahí para ser dormido, él realizó una publicación en la red social del refugio, buscando a su antiguo dueño para informarle que el perrito tenía salvación.
El dueño no apareció, pero una organización social llamada “Tickled Pink Weimaraner Rescue”, se conmovió por la fotografía y decidió hacer una colecta para operar al perrito.
Sabían que el refugio terminaría con el dolor del animal, provocándole la muerte, pues el estado no tiene recursos para operar quirurgicamente a todos los animales que llegan a ese lugar.
Sin embargo, en el caso de este perrito, la organización intervino y mandó una carta al encargado del refugio. Lo que hicieron es un acto de bondad y amor.
Por medio de diferentes colectas consiguieron el dinero para la operación de Gilbert (así lo bautizaron) y en tan solo una semana, este afortunado perrito había logrado superar su terrible enfermedad.
Al poco tiempo, Gilbert estaba feliz y contento pues ya no tenía ese terrible tumor de 4 kilos que limitaba todos sus movimientos. La bondadosa asociación le organizó una fiesta para celebrar su exitosa operación, buscando que alguien lo adoptara.
Así fue, una buena familia decidió adoptar a Gilbert y por fin, conoció lo que es vivir en un hogar lindo y lleno de amor.
Es maravilloso como aún existen personas desinteresadas, dispuestas a ayudar a un inocente y mal afortunado perrito. Hoy Gilbert vive feliz y se sabe que la asociación “Tickled Pink Weimaraner Rescue”, sigue realizando estas increíbles obras de caridad y amor.