Se cabrea con la burocracia y paga sus impuestos con 300.000 monedas de céntimo


A los trabajadores les llevó 12 horas contarlo todo, pero él seguro que se quedó muy a gusto con la venganza

Nick Stafford llevaba una temporadilla peleando con el Departamento de Vehículos Motorizados de Virgina.
La historia se remonta a septiembre, cuando Stafford trató de registrar el nuevo coche que le había regalado a su hijo. Como suele pasar con cualquier chanchullo burocrático, le empezaron a marear. Y a Stafford no le gusta nada que le mareen.
"Soy autónomo, así que apenas tengo tiempo para dormir, y mucho menos para hacer un viajecito a mi oficina local del DVM para hacer una pregunta de treinta segundos" explicó a Buzzfeed. "Así que intenté contactar con mi oficina local llamando al único número de teléfono que figuraba en Internet".
Aquella llamada al DMV de Lebanon, su ciudad, terminó siendo la clásica trampa mortal de "no cuelgue por favor" en la que el teléfono se te fusiona con la oreja mientras minuto a minuto pierdes la esperanza de que algún teleoperador interrumpa esa musiquita de sala de espera.
El mal servicio que recibió al intentar aclarar sus dudas le impulsó a hacer una queja amparándose en Ley por la Libertad de la Información, solicitando líneas de teléfono directas de los centros de DMV de su zona.
Intentando reajustar el karma con una buena dosis de paciencia y mala hostia, Stafford decidió pagar los 2.987,14 dólares de impuestos que le pertocaban en 300.000 monedas de céntimo.
Hicieron falta cinco carretillas para transportar 700 kilos que pesaban todas las monedas y 12 horas para contarlas, pero Stafford se quedó más que a gusto con su revancha.

Google Plus
Loading...