
Tener distancia con los conflictos mejora nuestra salud física y emocional. Hay personas que nos agotan, que consumen la energía y aniquilan nuestra capacidad de reacción. Son verdaderos destructores de nuestra salud y nuestra paz interior, enferman a nuestra capacidad emocional y distorsionar nuestra sensibilidad.
La verdad es que, con el tiempo, terminamos engañandos con muchas de las personas a las que acreditábamos conocer, y nos damos cuenta que vivimos sometidos a sus demandas, sus argumentos, su comportamientos y sobre todo a sus emociones tóxicas.
Estas personas no saben cómo respetar o considerar a los demás, que los utilizan como marionetas de su mal carácter y como blanco de sus conflictos externos e internos. Ellos no viven ni dejan vivir y, como resultado, frenan el desarrollo y el crecimiento personal de los que les rodean.
Puede ser que lo hagan de una manera consciente o no, pero el hecho es que nos agotan e intoxican haciéndonos sentir vulnerables.
Sin embargo, no siempre es posible apartarnos físicamente de estas personas , ya que, por ejemplo, pueden ser miembros de la familia o compañeros de trabajo. Sin embargo, si tenemos la posibilidad de imponer una distancia física, sería el complemento más adecuado para nuestra salud.
Si no puede hacerlo, lo que es verdaderamente importante es conseguir un desapego emocional. Es decir, lo mejor es tener la fuerza suficiente para mantenernos fuera de su capacidad de acción, por lo que su comportamiento no nos influya.
¿Cómo podemos conseguir emocionalmente distanciarnos de alguien que no hace daño?
Si tienes a alguien en tu vida que te hace mal, puede actuar con la ventaja de anticipación, a sabiendas de que sus reacciones o sus intenciones serán cada vez más predecibles.
En este sentido, cabe señalar lo que hemos mencionado antes: tal vez las personas que nos rodean no quieren crear un mal ambiente, pero no saben cómo relacionarse con el medio ambiente de otro modo.
Es decir, dejar de dar importancia a lo que hacen estas personas y dejar de centrar la atención en los problemas que están creando, que tendrá en su vida para tener más oportunidades de crecimiento y va a debilitar sus fuerzas y su autoestima.
Por estas razones, tenemos que actuar con las expectativas. Esperamos tanto de las otras personas que somos incapaces de aceptar la realidad tal y como es. Esto crea desilusión, alimentando una atmósfera que es muy difícil de respirar.
Mantener la perspectiva nos ayudará a conseguir una cierta indiferencia y hacernos bajar esta montaña rusa emocional, logrando separar nuestras preocupaciones de los demás y la liberación de sus inseguridades y sus reacciones desproporcionadas.
La idea es despejar nuestra mente y poder exponer nuestros pensamientos y emociones sin miedo a las consecuencias cuando llegue el momento. Esto tendrá un resultado tan rápido y sencillo como satisfactorio: nuestros problemas van a disminuir y podremos vivir en paz.
Cuando nos alejamos del dolor, nos acercamos a la felicidad
Apartate del miedo y de la indiferencia. No insista tratando de mantener una buena impresión a los demás o pensar que siempre tienen buenas intenciones.
Dicen que cuando alguien tiene la intención de hacernos daño, el mejor desprecio es no prestarle atención; Es decir, no dejes que esa persona disminuya tu autoestima e ignora sus mensajes negativos.