Hemos creado pavos tan grandes que ya no pueden aparearse entre ellos



El pavo actual pesa el doble y crece dos veces más deprisa que los de los años 60

Acción de Gracias está aquí y más de 40 millones de pavos serán sacrificados para que los estadounidenses puedan reventarse las arterias en familia.
Tristemente, la mayoría de los que se sienten ese día a la mesa a hacer el paripé de estar muy agradecidos por whatever ni si quiera serán conscientes de qué aspecto tenía realmente el animal que ahora yace en su plato.
La imagen del típico pavo que les enseñaron en los libros de historia de primaria, majestuoso y lleno de plumas de colores...
... poco tiene que ver con las criaturas débiles, pálidas y mutantes víctimas de la cría intensiva.
Los pavos actuales son muy distintos de los niños colorean en el cole con motivo de acción de gracias. Su tamaño no les permite volar, ni tan si quiera aparearse por sí mismos, por lo que dependen por completo de la inseminación artificial.
El pavo actual pesa el doble y crece dos veces más deprisa que sus antepasados de los 60. Más carne, más dinero y más consumidores inconscientes contentos.
El color de las aves también ha sido modificado para tener a la clientela contenta. El tono oscuro de las plumas podía dejar residuos de color en la piel de los pavos, algo mucho menos deseable que el rosa aséptico que tan bien combina con las bandejas de poliespán del supermercado.
Los pavos que llenarán las mesas en este día de acción de gracias han dejado de ser animales para ser obras de ingeniería genética en las que, lamentablemente, el bienestar de los animales no se ha tenido en cuenta.
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