3 historias terroríficas de inspectores en restaurantes… y una operación policial



«Soy inspector de restaurantes y puedo oler cucarachas al segundo de entrar a un edificio. En una inspección no podía encontrar las cucarachas que olía. Entonces un compañero agarró una máquina y dijo: 'muévete rápido'. No os imaginais lo que salió de allí…»

Todos hemos oído historias truculentas sobre condiciones insalubres en las cocinas de los restaurantes.   Existe un bulo recurrente entre camareros con cuentas pendientes y charlatanes con ganas de marcha. Se dice, con muy mala leche, que es mejor no saber qué pasa dentro de las cocinas porque la mayoría de personas con dos dedos de frente no volverían a pisar ningún restaurante.
Se trata de un ataque directo e inmerecido al sector de la hostelería, pero ya se sabe que las ovejas negras descarriadas se ven más cuando se apartan del rebaño.
Aquí es donde toman importancia las revisiones sorpresa de los inspectores de sanidad junto a los cuerpos policiales: “La mayoría de denuncias provienen de quejas ciudadanas, por observaciones policiales o por indicios de riesgos flagrantes”. Son palabras de la Agencia de Salud Pública de Barcelona que ha acaba de cerrar la Operación Despensa junto a la Guardia Urbana.
La mayoría de denuncias provienen de quejas ciudadanas, por observaciones policiales o por indicios de riesgos flagrantes.
Esta operación es excepcional y se lleva a cabo una vez al año para dar con sitios de riesgo potencial:“Sólo se sanciona un 2% de los locales que se inspeccionan” dicen. Así, se ha pasado de los 41 locales registrados en 2013 a los 63 de 2016. Y de 1 sólo cierre en 2013 a 13 cierres temporales en 2016 sumados a los kilos incautados de comida en mal estado que ha ido incrementando.
Las sanciones dependen del tipo de local, la reiteración o el nivel de riesgo. Las multas van de los 400 a los 6.000 euros: “Inspeccionamos regularmente más de 3 mil establecimientos durante el año. No solo bares y restaurantes, también comedores colectivos, tiendas de alimentación y un largo etcétera”, aseguran.
Inspeccionamos regularmente más de 3 mil establecimientos durante el año.
Pero hay dos puntos negros según los ciudadanía:
¿Por qué no se publica una lista negra con los nombres de los restaurantes cerrados?
“La confidencialidad de los nombres con los datos de las personas implicadas es clave”, dicen las autoridades. No quieren ninguna caza de brujas ni que se demonice a nadie del sector.
¿Y quién garantiza que los infractores corrigen sus errores cuando vuelven a abrir?
“Existen las máximas garantías sobre estos establecimientos. No pueden abrir hasta que no reparen les irregularidades detectadas. Ya sean administrativas, documentación, limpieza, orden, puntos de agua, refrigeración,…”
La confidencialidad de los nombres con los datos de las personas implicadas es clave.
Las asociaciones de consumidores siguen sin entender los motivos y la Agencia de Salud de Barcelona ve el problema en otro lugar: “Son muy pocos los cierres, el problema principal son la apertura de nuevos restaurantes que no tenemos registrados. Piensa que en Barcelona hay más de 10 mil locales y es casi imposible llegar a todos”.
Normalmente con un acta, un requerimiento o una multa los restaurantes reaccionan. Hay muy pocos casos de situaciones flagrantes que requieran medidas de cierre. Pero dentro de estos caso, hay algunos muy particulares que así son y así seguirán, inspector tras inspector, inspección tras inspección.
Estos son 3 casos explicados en Reddit que merecen una demolición total más que un cierre temporal:  
CASO 1: “Donde hay pelo, hay alegría”
 
«Mi tío es inspector de sanidad en la zona rural de Australia. Le llegaron varias quejas anónimas sobre un local de Fish and chips en una pequeña ciudad en la zona de Victoria. Los informes decían que el local era sucio y que se habían encontrado mechones de pelo en en interior de la comida. Un día de verano se presentó sin avisar. El dueño lo recibió con camiseta sin mangas, pantalones cortos y sin zapatos. Un detalle no pasaba por alto: el tipo estaba cubierto de pelo en brazos, pecho, cuello y espalda. Era como un hombre lobo.
»Estaba a punto de dar el caso por cerrado. Tenían que ser los pelos de la comida. Después de recomendarle un vestuario adecuado para evitar quemaduras, le ordenó vaciar la freidora para retirar posibles restos de vello corporal. La sorpresa fue encontrar un gato muerto, frito y crujiente en el interior de la freidora.
«'¡Oh! Aquí es donde fue a parar mi gato', dijo el hombretón con parsimonia. Resulta que unos meses antes hubo un problema con roedores. El propietario compró un gato para atraparlos, pero cuando el gato desapareció no le dio ninguna importancia.
»Así es como estaba ofreciendo pescado con patatas y restos de gato gato una y otra vez a sus clientes».
CASO 2: “Aquí huele a nuez”
 
«Soy inspector de restaurantes. Os aseguro que puedo oler cucarachas al segundo de entrar en un edificio (si están presentes). Tienen un olor aceitoso de nuez que es muy distintivo si estás cerca a menudo. Es un olor que nunca olvidas.
»En una inspección en una popular cadena de buffet que sirve a políticos y famosos no podía encontrar las cucarachas que podía oler claramente. Miré por todas partes. Llamé a mi amigo, un oficial muy competente de control de plagas.
»Él entró, echó un vistazo a la cocina, agarró una máquina de helado  muy grande y me dijo: "muévete rápido". Tiró la máquina al suelo y de la nada apareció una cascada de cucarachas. Los solucionamos al momento.
»Las máquinas de helado por lo general no se limpian bien. Son un lugar caliente, húmedo y oscuro.  El lugar perfecto para una infestación».
CASO 3: ¿Quién dijo que los hospitales son lugares seguros?
«Soy ex inspector. Una vez descubrí una infestación de ratas en la cocina de un hospital. Me preguntaron si podía probar mis "sospechas". Señalé los numerosos alimentos con agujeros circulares de entre 1 y 2 milímetros típicos de los roedores, pero no parecían convencidos.
»Les mostré el rastro de excrementos y huellas que iban y venían de un agujero en el desagüe del suelo, pero no parecían convencidos.
»Para añadir más evidencias, encontré tres ratas muertas descubiertas debajo del equipo de cocina. Creo que ahí empezaron a creerme. Las multas incluyeron infestación de ratas y malas prácticas de limpieza absolutamente deplorables».
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