Desafortunadamente, algunas veces esto no es así y los médicos por los motivos que sean no nos brindan la atención adecuada, ni se toman la molestia de darnos un diagnóstico correcto.
Tal fue el caso de mi pequeño sobrino que por un mal diagnóstico médico realizado por un doctor del Seguro Social lo dejó sordo de por vida.
Cuento esta historia para que sea conocida y se pueda hacer justicia, ya que mi hermana por falta de recursos y conocimientos en el tema, no pudo realizar la demanda correspondiente contra el doctor y la clínica del Seguro, es por eso que expongo este caso.
Mi sobrino Arturo de 2 años de edad fue ingresado al área de urgencias en una clínica del Seguro Social ubicada en el estado de Morelos, con un malestar general, fiebre poco intensa, enrojecimiento de los ojos, e inflamación dolorosa de ganglios.
Fue mal atendido por un doctor a quien mi hermana describió como que "tenía prisa y estaba de malas.” A raíz de esto, lo diagnosticó y mandó tratamiento para “faringitis”.
Mi hermana y su pequeño hijo Arturo fueron regresados a casa solo con unos analgésicos y antiinflamatorios, pero al pasar los días empezaron a aparecer unas ronchas rojas que aparentemente le daban comezón al pequeño y la fiebre no mejoraba a pesar de los medicamentos.
A raíz de esto, decidieron regresar a la clínica donde el doctor al ver que empezaron a aparecer ronchas y que no disminuía la fiebre decidió diagnosticar Varicela y una vez más fueron mandados a casa con el tratamiento para esta enfermedad y la recomendación de que estuviera en cuarentena.
Al cabo de 20 días, mi sobrino no mostraba mejoría y la fiebre no disminuía, pero todo empeoró cuando nos dimos cuenta que el pequeño ya no respondía a los sonidos y mucho menos a la voz de su madre, por este motivo decidieron llevarlo a un médico privado para que lo atendiera, ya que habían sido dos diagnósticos erróneos del otro médico.
Lo que se le informó a la familia fue desgarrador: el doctor dijo que la verdadera enfermedad de Arturo era rubéola y al no haber sido tratada correctamente, la fiebre que ésta enfermedad produce dejó sordo de por vida a mi sobrino
A raíz de esto, decidieron regresar a la clínica donde el doctor al ver que empezaron a aparecer ronchas y que no disminuía la fiebre decidió diagnosticar Varicela y una vez más fueron mandados a casa con el tratamiento para esta enfermedad y la recomendación de que estuviera en cuarentena.
Al cabo de 20 días, mi sobrino no mostraba mejoría y la fiebre no disminuía, pero todo empeoró cuando nos dimos cuenta que el pequeño ya no respondía a los sonidos y mucho menos a la voz de su madre, por este motivo decidieron llevarlo a un médico privado para que lo atendiera, ya que habían sido dos diagnósticos erróneos del otro médico.
Lo que se le informó a la familia fue desgarrador: el doctor dijo que la verdadera enfermedad de Arturo era rubéola y al no haber sido tratada correctamente, la fiebre que ésta enfermedad produce dejó sordo de por vida a mi sobrino
La consecuencia de los dos primeros diagnósticos erróneos dejó a Arturo sordo de por vida y la única solución que tiene para poder escuchar nuevamente es comprar un costoso aparato auditivo.
Es por eso que expongo este caso, con la finalidad de que se terminen este tipo de casos de negligencia médica o en su caso no queden impunes, también que estemos atentos a los padecimientos de nuestros hijos, sin quedarnos con una sola opinión médica, la fiebre puede ser algo muy peligroso e incluso fatal, por suerte mi sobrino sobrevivió a una aparente fiebre normal, sin embargo terminó con su capacidad para escuchar y casi pierde la vida.