El sueño americano se esfuma: las consecuencias
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El sueño americano se esfuma y la economía paga las consecuencias
Existe cierto romanticismo histórico con Estados Unidos. Desde aquellos migrantes del siglo XIX que percibían que en la tierra de las oportunidades había opciones reales de prosperar - hecho que alimentaba el idealismo de familiares que vivían los éxitos de sus parientes desde la distancia - hasta el fuerte impacto que el cine, la música o el deporte tienen a la hora de exportar una cultura que ha trascendido más allá de los países occidentales. EEUU despierta curiosidad y gracias a que su imagen está ligada a conceptos positivos y vanguardistas, aún es cool decir a los amigos que el próximo verano uno irá de ‘road trip’ por la Ruta 66. Incluso en el apartado del consumismo, casi todo lo que viene de EEUU es percibido como un producto ‘de calidad’. Eso también sucede en el aspecto académico, donde las universidades estadounidenses gozan de un prestigio innegable.
Pero EEUU también tiene otra faceta negativa que pincha la burbuja ensoñadora y afecta a la visión exterior que se tiene del país. Las consecuencias cada vez son más perceptibles y están costando a la administración miles de millones de dólares. Son varias las causas que contribuyen a que reine la contradicción americana: la retórica de Donald Trump y su visión sobre la inmigración, los continuos casos de violencia por armas y su falta de control, el sistema sanitario, la carencia de medidas a favor de los más desamparados, su posición en cuanto al cambio climático, la política internacional y económica… La percepción de EEUU cambia cuando se abordan ciertos temas y cada vez hay menos personas interesadas en formar parte de la sociedad estadounidense.
Uno de los sectores más decepcionados es el de los estudiantes internacionales, quienes están dejando de elegir EEUU como destino para su formación académica. Durante los tres últimos años, se está produciendo un descenso del número de universitarios extranjeros que aplican a la visa F-1. En 2018, se registraron un 17 por ciento de solicitudes menos que el curso anterior, eso provocó que el número de matriculados en las universidades estadounidenses cayera un 6.6 por ciento. A esta bajada, se le une otra del 0.9 por ciento en 2019 con respecto a la cifra anterior. Este desinterés está preocupando a las instituciones educativas y a los analistas económicos, que ven con muchos reparos lo que este descenso está costando a la economía de su país: alrededor de 12 mil millones de dólares y más de 65 mil puestos de trabajo, según datos de la Asociación de Educadores Internacionales (NAFSA).
La lucha de la administración Trump contra la inmigración también está afectando a la entrada de extranjeros por la vía legal. En 2017, el Ejecutivo estadounidense presentó un proyecto de ley que no prosperó, pero que este año vuelve a tomar protagonismo: RAISE (reforma de la inmigración americana para un empleo más fuerte). La pretensión es la de reducir la inmigración legal a EEUU en un 50 por ciento. Según un estudio de la Universidad de Pensilvania, si esta proposición de ley prospera, costaría 4.6 millones de empleos para el año 2040, y para entonces, la economía estadounidense sería un dos por ciento más débil que si se mantuvieran las políticas migratorias actuales.
Este panorama está afectando al deseo de los estudiantes extranjeros, quienes ven que cada vez es más difícil encontrar vías para prosperar en EEUU.