Los chistes del historietista ruso Anton Gudim no siempre se pillan a la primera y ahí radica gran parte de su gracia

Hablar de humor ruso pude sonar tan exótico como una playa caribeña paradisíaca. Sin embargo, en las viñetas de Anton Gudim se le saca punta a las trivialidades más universales de la sociedad actual

Con una ironía y un toque absurdo que recuerda al historietista español Joan Cornellà, las viñetas de Gudim nos piden mirarlas dos veces antes de poder entenderlas.

No te sientas tonto. Es solo que son inteligentes y sarcásticas. Piden un lector observador e informado. Un lector conocedor de las idiosincrasias y últimas tendencias de la vida digital de las que tanto se ríe.

Porque las viñetas de Gudim tienen una doble función. Nos hacen reflexionar durante unos segundos para romper los cimientos de nuestro mundo con un “crash” que suena a carcajada.








