10 razones por las que no deberías volver a pisar un circo



Todo es una ilusión, incluso los animales felices. 

Los circos son lugares llenos de magia, asombro, alegría y aplausos. Una experiencia maravillosa de la que todo niño tiene excelentes recuerdos por siempre. Sin embargo, cuando se baja el telón y se apagan las luces, todo se vuelve una simple ilusión. 

A continuación te mostramos las 10 razones que compartió la organización Personas por un Trato Ético a los Animales PETA, por las que no deberías volver a comprar entradas para ir a un circo donde trabajen animales, y muy por el contrario, deberías denunciarlos, abuchearlos y tirarles manzanas podridas.

1. Muchos de los animales, incluidos los elefantes y los grandes felinos, nacen, crecen y mueren en los circos. Forzados a convivir con humanos en un ambiente poco natural y estresante.




2. Los animales reciben un entrenamiento que incluye latigazos, cuerdas, picanas (ganchos de fierro),descargas eléctricas y privación de alimentos.



3. Los grandes felinos son azotados constantemente para que tengan miedo a sus entrenadores y no los ataquen de vuelta.




4. A los elefantes les entierran picanas (ganchos de fierro), en la nuca, cuello y piernas para que hagan trucos peligrosos o se equilibren sobre la cabeza. En muchas ocasiones estos majestuosos animalesterminan sangrando.



5. La mayoría del tiempo, estos animales la pasan en jaulas ínfimas para su tamaño.



6. Los animales deben hacer viajes eternos, de hasta más de 100 horas dentro de cajas sin luz ni ventilación. Las condiciones en estos camiones son deplorables, sucias y es sabido que algunos animales, incluso han muerto debido a las altas temperaturas que se pueden llegar a alcanzar.



7. Los animales en cautiverio sufren de problemas sicológicos debido al estrés. Los comportamientos clásicos son el dar vueltas de un extremo al otro de la jaula por horas, menear la cabeza y la auto-mutilación (hacerse daño a sí mismos).



8. Estos animales no conocen la felicidad ni lo que les puede hacer bien. No experimentan en toda su vida lo que es correr, jugar, saltar o socializar con otros de su clase. La mayoría ni siquiera pueden conocer a su familia.



9. Cuando estos animales se ponen en contra de los humanos, la pagan caro. Este tipo de actos rebeldes siempre les trae sufrimiento o incluso la muerte.



10. A pesar de que hay leyes que protegen a los animales de circo, nadie está pendiente de que se cumplan. Lo peor es que en muchas ocasiones se ha confabulado y pagado a los juzgados, autoridades o policías para que les permitan seguir con sus shows del terror.
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