Las ballenas jorobadas siempre han sido animales solitarios. De hecho, hasta hace no tanto, cuando los científicos se topaban con un grupo de 10 o 20 ya lo consideraban "grande". Los grupos de los que hablamos ahora pueden llegar hasta los 200 miembros.
Pero hay más. Resulta que las ballenas jorobadas suelen migrar a aguas tropicales para reproducirse, pero para esta época del año ya deberían haber vuelto a las aguas congeladas de la Antártica. ¿Será posible que algún empresario desalmado haya hecho un plagio submarino del Sónar, al que probablemente haya puesto un nombre muy pocho como Sómar, y estén las pobres ballenas jorobadas dando vueltas sin sentido en busca de un after?
La mayoría de ballenas que forman estos grupos son jóvenes, si fueran adultas no tendrían comida suficiente para todas.
Vale, es una teoría de mierda, pero no os penséis que los investigadores tienen las cosas mucho más claras. Esto es lo que sabemos de momento: la mayoría de ballenas que forman estos grupos son jóvenes. Si fueran adultas, otro gallo cantaría: como os podéis imaginar, doscientos bigardos de 30.000 kg no pueden salir en cuadrilla y alimentarse en cualquier lugar en modo bufé libre.
Los científicos ven claro que estas ballenas se han unido con el interés de cazar juntas y alimentarse, pero nadie sabría decir por qué se han empezado a juntar en grupos tan extensos. Este fenómeno solo lleva dándose aproximadamente unos 5 años, así que el aumento en la población de la especie podría ser una explicación.
Tan solo unas décadas atrás la caza a estos animales llego a tal extremo que el 90% de las jorobadas del mundo habían muerto a manos del hombre, pero desde que fueron declaradas especie protegida en 1996 su población ha ido aumentando poco a poco. ¿Es posible que las ballenas jorobadas siempre hayan sido así de sociables pero no hubiese suficientes como para que pudiéramos apreciarlo?
Otra posibilidad es que, simplemente, no hayamos observado en los lugares oportunos. Si cientos de ballenas han estado montándose juntas el macro festivales en mitad del Océano Pacífico, lo más probable es que nunca nos hubiéramos percatado.
[Vía Popular Science]