Cereales con LSD: el desayuno de los campeones en Silicon Valley


Los nuevos gurús de la tecnología piratean su cerebro para viajar hasta el infinito y más allá

Algo no entendieron en el imperio de las nuevas tecnología cuando les explicaron cómo hay que desayunar para rendir durante todo el día. En Silicon Valley los días son largos y las jornadas laborales de 8 horas no existen. O entras en la rueda o te quedas fuera. La presión laboral y la búsqueda de la excelencia logra que algunos apuesten por el camino rápido y decidan despertar el ingenio con gasolina extra o, lo que es lo mismo, un poco de drogas estimulantes de buena mañana.
La práctica se conoce como “microdosis” y tiene por objeto ser un trabajador más productivo tomando pequeñas cantidades de drogas psicodélicas, como el ácido LSD, las setas mágicas o la mescalina del peyote.
Pero flipar delante de la pantalla no es lo que los techies quieren conseguir. Más energía, más creatividad y más concentración son los tres ases con los que todo los empleados sueñan. Y que la leyenda cuente que Steve Jobs y Bill Gates se apuntaran al carro del biohacking para poder crear sus imperios tecnológicos agrandan el mito de esta peligrosa práctica.
En concreto, el LSD imita los efectos de la serotonina, conocida por mejorar el estado de ánimo, que a su vez activa el córtex prefrontal. Dicho a grandes rasgos, estimula los sectores que se encargan del aprendizaje y la memoria.

Pero estos no son los únicos efectos de tomar estas drogas a pequeñas dosis, porque también ofrecen mejor resistencia al estrés, a la ansiedad y facilidad para conciliar el sueño.
Según el Dr. James Fadiman, la microdosis hace que los usuarios estén más cómodos en situaciones sociales, sean más creativos, menos propensos a sufrir migrañas, a tener ganas de fumar o de tomar Adderall, una medicina usada por los que sufren trastorno déficit de atención y por los que quieren trabajar más horas de la cuenta.
Pese a todo, siguen siendo drogas que modifican la actividad cerebral y el mismo Fadiman afirma que todavía no hay estudios clínicos concluyentes para estimar los beneficios y los daños que pueden provocar aún a pequeñas dosis.
Porque según el doctor Barry L. Jacobs, del Departamento de Psicología de la Universidad de Princeton, se distinguen dos efectos que el LSD recreativo puede causar: psicodelia y euforia o paranoia y psicosis. Y jugar con estos dos monstruos en el trabajo te puede costar tu puesto y tu salud.

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