¿Por qué la escuela pública está organizando excursiones a McDonald's?


Esta semana, una escuela de Córdoba revisaba las actividades extra escolares dentro del consejo escolar. Hablamos de un centro educativo cualquiera: su nombre no importa porque afecta a todas las escuelas de enseñanza pública del territorio español. La reunión seguía sus cauces habituales hasta que algo rompió el protocolo: una visita a un restaurante McDonald’s como actividad extra escolarNo se iba primero a un museo y luego se pasaba por ahí. La salida escolar era única y exclusivamente una visita al McDonald's.
Lo que no sabía nadie del centro educativo es que, entre los representantes de los padres, había una mujer que, aparte de ser madre, era activista de la asociación VSF-Justicia Alimentaria Global, decidida a combatir la mala alimentación con campañas como Dame Veneno.
La visita estaba programada para niños de tercero y cuarto de primaria con una edad entre 9 y 10 años. No era el curso del hijo de esta madre, pero no le importaba. No sabía si era más grave que McDonald's propuesiera la visita o que la escuela aceptara. Al salir del consejo escolar, no daba crédito y gritó al cielo abierto de Twitter con esta denuncia pública:
Muy indignada xq el cole de mi hijo organiza una visita al @Mcdonalds_es No me esperaba eso de la  ¿q haríais en mi lugar?
Twitter escuchó su demanda y respondió positivamente para que esta madre coraje no bajara los brazos:
“Me sorprendió ser la única que levantara la voz contra esta iniciativa. Ningún otro padre y ni un solo profesor se sumó a mi queja. Tuve la sensación que el profesorado lo había debatido antes en su claustro. Si había existido alguna divergencia la habían resuelto antes de presentarlo a los padres para dar la sensación de consenso. Yo sé que hay profesores que no les gusta la idea de visitar un McDonald’s. Fue cuando levanté la voz y paré la reunión para preguntar si lo había escuchado bien”, dice la mujer que prefiere mantener el anonimato del centro donde su hijo cursa los estudios.
“No entendía los motivos pedagógicos de la visita a un centro de comida rápida. Solo logré que constara en acta que estaba en contra de la actividad, pero no he logrado detener nada porque ya está programada para este trimestre”, recalca con impotencia. “Espero que los niños no vuelvan con propaganda ni vales de descuento”, dice.
Lo primero que va a pedir el niño cuando llegue el fin de semana es volver a McDonald’s.
Lo más curioso es que en esa escuela se fomenta la alimentación sana, gozan de un magnífico huerto propio y tienen un comedor autosuficiente de calidad. Quizás con más razón esta madre decidió tomar cartas en el asunto y hablar directamente con la escuela. En el centro le argumentaron su decisión: “Ellos se defienden argumentando que quieren alimentar el espíritu crítico de los alumnos. Para eso creo que no hace falta ir al McDonald’s donde les van a contar las mil maravillas de su modelo de negocio de comida basura".
"En la escuela insisten que los niños no van a ir a comer hamburguesas. Pero entonces, ¿a qué van?" Pues parece ser que van a un programa llamado “Visitas al restaurante” 
Por su parte, la oficina central de McDonald's España no ha querido responder a las preguntas de PlayGround.
 "Me sorprende que con una pequeña búsqueda por Internet no encuentre esta actividad escolar en su web oficial. Saben que la gente se echaría encima y prefieren enviar cartas directamente a los centros escolares", dice la madre. Por ejemplo, es tremendamente fácil acceder a la web de McDonald's EE.UU. y requerir una de las cuatro opciones de actividades escolares o a McDonald's Reino Unido para concretar una petición escolar.
Ante las quejas por falta de transparencia y de omisión de información pública, la madre nos muestra la carta que McDonald’s envía a los centros escolares para incentivar las visitas:
“Si quieres que los niños aprendan a trabajar en equipo, organizarse y a manipular alimentos te puedo decir mil sitios mejores. Con una visita a una cooperativa ecológica van a aprender mucho mejor todos estos valores”.
“¿Ir a un sitio de comida rápida para que te den un zumo de naranja procesado? No hace falta”.
En ese momento es cuando una madre puede dudar: ¿dónde termina la responsabilidad educativa de los padres y dónde empieza la de la escuela?: “Con una visita al McDonald’s se da un ejemplo erróneo al alumnado. Si una familia a nivel personal decide ir a este tipo de locales lo respeto, pero un centro educativo debe ser ejemplo de salud y de sostenibilidad”.
“McDonald’s es el buque insignia de la comida basura que fomenta una mala alimentación y un deterioro medioambiental a lo bestia. Me preocupa que sea un mal ejemplo para los niños, pero me preocupa más qué mensaje está llegando a las familias. Hay una idea generalizada sobre que McDonald’s no es aconsejable para los niños, pero si tu centro escolar, que es tu referente de educación, lleva a tus hijos de excursión a este sitio puede generar dudas entre los padres y quizás piensen que no será tan malo si los profesores lo han elegido”, asegura.
Ella ve una clara intención por parte de la marca de comida rápida: “Es el lavado de imagen perfecto para McDonald’s. No hay nada mejor para una imagen dañada que lograr una vinculación con los niños. Es la mejor manera de desmentir conceptos negativos. Evidentemente les interesa la visita de las escuelas”.
Como director de un centro educativo no entiendo la alarma de la madre.
Una de las escuelas cordobesas que recibió la carta de McDonald’s pero que declinó la visita nos da sus motivos: "Es cierto que McDonald's envió esta carta a nuestro centro porque yo personalmente la he leído", nos dicen. “Como director de un centro educativo no entiendo la alarma de la madre si es una visita puntual y se explican los alimentos buenos y malos”, matiza.
Sin compartir la reacción negativa de la madre, el director asegura que “valoramos su propuesta, pero decidimos no aceptarla porque los tutores creyeron que no era una actividad para el centro. Nosotros siempre apostamos por darle una vuelta de tuerca a las visitas de una forma educativa”.
“Yo soy el encargado de comedor del centro y está regulado que más de tres fritos a la semana está prohibido. Si de forma puntual los niños van una vez con la escuela al McDonald’s no me parece nada grave. Lo preocupante es si fueran todos los días”, dice el director.  
Con una visita a una cooperativa ecológica van a aprender mucho mejor todos estos valores.
No opina igual la madre que asegura que “lo primero que va a pedir el niño cuando llegue el fin de semana es volver al McDonald’s. Y no sólo va a pedir volver, va a tener integrado el discurso de lo fantástico y maravillosos del lugar”. Operaciones de marqueting muy efectivas que van a buscar el punto débil de cualquier núcleo familiar: la elección inconsciente de los hijos. En definitiva, crece una extraña sensación de sospecha como si intentaran reclutar pequeños soldados para el futuro de la compañía.
Además, como telón de fondo existe una preocupación mayor que va mucho más allá de una cadena de comida rápida: “Lo de McDonald's solo es un ejemplo de muchas otras marcas de la alimentación industrial. No solo hay que luchar para evitar las vistas escolares, el problema es mucho más profundo con un bombardeo constante de publicidad en horario infantil, poca o nula información en las etiquetas de los alimentos y la pasividad extrema de los políticos".
Por último, insiste en querer demostrar que "no es un problema puntual de una escuela. Afecta a todo el sistema educativo español: “Que pase en la escuela de mi hijo no es lo importante. Esto pasa en todos los centros educativos de España y no entiendo porque la Delegación de Educación del Gobierno no actúa de oficio. Este tipo de visitas tendrían que estar prohibidas por ley. ¿A que no dejaríamos que los niños fueran de visita a una tabacalera? Entonces,  ¿por qué dejamos que los niños vayan a sitios donde se pone en riesgo su seguridad alimentaria?”.

No es un problema puntual de una escuela. Afecta a todo el sistema educativo español.
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