La expansión militar de Rusia en el Ártico empieza a inquietar


Putin pone en marcha el mayor despliegue militar sobre el Ártico desde la caída de la URSS

Durante la Guerra Fría, el Ártico fue un punto estratégico para las fuerzas de la Unión Soviética. Prueba de ello es el rompehielos Lenin, el primer buque propulsado por energía nuclear del mundo. Construido en 1957, este rompehielos polar alimentado por dos reactores nucleares y cuatro turbinas Kirov era la gloria del ejército ruso. Con él, los militares al servicio de la madre Rusia surcaban las frías aguas del Ártico. Pero como todo, Lenin también se hizo mayor . En 1989 fue retirado del servicio y pasa sus días en la base para rompehielos nucleares de Múrmansk (Rusia), como muestra del pasado militar de Rusia en el Ártico.

Un pasado que poco a poco están intentando recuperar. Tres décadas más tarde de la jubilación del Lenin, los rusos están volviendo a poner toda la maquinaria en marcha con un solo objetivo: volver a dominar la zona más fría de la Tierra.

Bajo el gobierno del Presidente ruso Vladimir Putin, Moscú está reabriendo bases militares soviéticas abandonadas y construyendo nuevas, ha incluido radares en las islas árticas y sus tropas ensayan sobre el terreno vestidas con uniforme blanco, con trineos tirados por renos, perros huskys y rifles de asalto. Casi como si fueran los protagonistas de una peli de James Bond.

Tres décadas más tarde de la jubilación del Lenin, los rusos están volviendo a poner toda la maquinaria en marcha con un solo objetivo: volver a dominar la zona más fría de la Tierra

El Ártico es un territorio muy jugoso y lo rusos quieren su parte del pastel. Según informa la agencia Reuters, la superpotencia reclama su poder sobre casi medio millón de millas cuadradas del Ártico. Porque bajo todo el hielo se encuentran reservas de gas y petróleo equivalentes a 412.000 millones de barriles de crudo. Eso significa el 22% del petróleo y gas no descubierto del mundo. Una cantidad nada despreciable que está provocando que países como Canadá, Estados Unidos, Noruega, Rusia o incluso China pujen por ser los dueños del Ártico en lo que algunos ya han denomiado la Guerra del Ártico.

Además, informa Reuters, Rusia está construyendo tres rompehielos nucleares, uno de ellos el más grande del mundo, con la intención de reforzar una flota que ya cuenta con 40 rompehielos a disposición del ejército ruso.

Entre las novedades que pretende instaurar el gobierno ruso, también se encuentran la creación de seis bases militares que se espera estén listas para finales de añ o . Entre ellas, se incluye una base en la isla de Alexandra Land con capacidad para albergar a 150 soldados que podrían sobrevivir de manera autónoma 18 meses. La base se llamará “Trébol Ártico” y está diseñada para desplegar aviones militares allí,. Por otro lado, la mayor base rusa en la zona ártica, la conocida como “Trebol Norte”, será poblada con 250 funcionarios y equipada con misiles de defensa aérea.

"La modernización de las fuerzas y de la infraestructura militar en el Ártico en época de paz está creando precedentes que no se ven desde la época soviética," opina Mikhail Barabanov, editor jefe de Moscow Defense Brief, a Reuters.

Barabanov no oculta su preocupación por la situación, en la que ve una provocación de Rusia. "La actividad militar de Rusia en el Ártico es un poco provocativa. Se podría desencadenar una carrera de armamentos".
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