Logran hacer crecer un corazón a partir de simples células de la piel



En las listas de espera de los hospitales de todo el mundo decenas de miles de personas aguardan la llegada de un corazón. Encontrar un donante compatible resulta tan complicado que esa espera puede traducirse en años. Puede que el corazón nunca llegue. O que llegue y el cuerpo del receptor lo rechace, enfrentándose al órgano intruso.
Para terminar con el problema de la escasez de donantes y con las incompatibilidades inmunes, los científicos aspiran a crear corazones sintéticos individualizados hechos a partir de las propias células del cuerpo de los pacientes.
Aunque esa meta todavía no se ha alcanzado, el logro de unos investigadores del Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard permite celebran un gran avance. Valiéndose de simples células de piel adultas —como las que tenemos a miles de millones en un brazo—, han conseguido regenerar el tejido muscular de un corazón humano dañado y conservado en un biorreactor. Lo han hecho y han visto como el corazón crecía.
La revista Circulation Research detalla el proceso que siguieron. Lo primero fue lavar el corazón donado por un paciente fallecido con una solución especial para eliminar algunas de las células potencialmente incompatibles. Después, se cogieron células adultas de la piel —que en la práctica serían las de cada paciente en concreto— y usando una técnica conocida como ARN mensajero las convirtieron en células madre pluripotentes, capaces de transformarse y generar la mayoría de los tejidos existente en el cuerpo humano.
El tercero y último paso fue introducir las células madre en el corazón para observar qué ocurría. El resultado fue que las células madre del paciente se transformaban en células cardíacas fusionándose y reparando el órgano ajeno. A las dos semanas ya habían construido tejidos perfectos. Cuando los investigadores le dieron una pequeña descarga eléctrica, descubrieron que ese corazón empezaba a latir.
Los investigadores responsables del estudio expresan la necesidad de seguir perfeccionado la técnica y averiguar cómo se puede acortar el tiempo en el que las células madre maduran y arreglan el corazón. Si las investigaciones llegan a buen puerto, sería un gran paso para lograr órganos para transplantes infinitamente mejores, en la medida en la que el riesgo de rechazo apenas existiría tras la operación. O mejor aún, se podrían construir corazones nuevos. Con solo poseer un andamio que imitara el corazón, las células madre del paciente irían creando uno perfectamente individualizado.
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