¿Sabes si un esclavo ha producido tu comida?


Una pregunta incómoda que la organización Know the Chain desea que puedas responder

Es un pregunta incómoda. Es una pregunta directa que merece una respuesta sin rodeos. Responde sí o no. Es normal que no tengas respuesta. El problema es que la mayoría de nosotros no puede ni sabe responder porque del duro trabajo del campo al fácil acto de compra hay un abismo de información omitida.

Aquí la cuestión clave es la siguiente: si pudieras responder a esta pregunta y la respuesta fuera afirmativa, ¿seguirías comiendo lo mismo?



En este caso, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) espera que tu respuesta sea negativa. Y tiene números para acabar de convencer a los dudosos con el corazón de piedra. Casi 21 millones de personas en todo el mundo están siendo retenidas en contra de su voluntad y coaccionadas para trabajar bajo amenazas de intimidación, violencia, represalias económicas o de estatus migratorio.

La última estimación de la OIT es abrumadora. Más de 3,5 millones de personas en todo el mundo trabajan actualmente en condiciones de trabajo forzado en la agricultura (incluida la pesca y la industria forestal). Esto significa que irremediablemente el trabajo forzado ha jugado un papel fundamental en las cadenas de suministro de muchos de los alimentos y bebidas más populares que llegan a nuestros hogares.



Más de un tercio de los aproximadamente 10,7 millones de víctimas del trabajo forzoso del mundo están trabajando en la agricultura. Si bien el trabajo forzoso es más común en África, Asia y el Pacífico, la OIT estima que unas 360.000 personas se ven obligadas a trabajar en granjas en América Latina.

Know The Chain (KTC), una organización sin fines de lucro enfocada en la transparencia corporativa, investigó cómo las 20 mayores compañías de alimentos y bebidas están abordando este tema. Su nuevo informe encontró que la mayoría necesita hacer mucho más para mantener el trabajo forzado fuera de las cadenas de suministro.



Las empresas tienden a puntuar bajo en todos los temas evaluados, con una puntuación global media de 30/100. "En otras palabras, la mayoría de los gigantes de la alimentación no lograron obtener una calificación aprobada”. Las calificaciones más altas fueron para Unilever, Coca-Cola y Nestlé.

Tres de las cuatro empresas que obtuvieron menos de 15/100 tienen sus oficinas centrales en los Estados Unidos: Tyson Foods, Kraft Heinz y Monster Beverage, que obtuvieron una puntuación mínima de 0/100 con condiciones laborales deplorables para los inmigrantes mexicanos sin papeles.

 

Con un 0/100 ya puedes responder afirmativamente a la pregunta del titular del artículo. Ahora ya depende de tu decisión de compra si puedes y quieres comprar un producto igual sin esclavitud implicada de por medio.
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