La cárcel de San Pedro es una de las prisiones más chocantes del mundo, donde las drogas se producen en masa, los niños andan libres adentro de las instalaciones, y los prisioneros imparten justicia brutalmente bajo sus propias reglas.
En el corazón de la montañosa ciudad de La Paz, en el oeste de Bolivia, se encuentra esta cárcel, donde 3.000 reclusos son los que lideran, y tienen poder sobre los guardias externos, cuyo único trabajo es vigilar los escapes.
La cárcel de San Pedro se hizo famosa en otros países del mundo por el libro "Marching Powder" de 2003, y por primera vez, el autor australiano Rusty Young ha regresado adentro de sus muros, para realizar una grabación "discreta".
El libro, que sigue siendo un éxito de ventas, levantó el velo con respecto al tráfico de drogas que corre rampante en la prisión, y parece que poco ha cambiado en los 12 años, desde que se publicó.
Los presos deben pagar por sus propias habitaciones y la comida, llevando a cabo trabajos como cocineros, limpiadores, y vendedores de pequeños kioskos de conveniencia, pero el dinero real que se hace en la cárcel se basa en la producción y venta de narcóticos.
Sin ninguna ley patrullando en el interior y los guardias aceptando sobornos para acceder a los suministros, la producción de drogas es moneda corriente, y parte de la producción de cocaína pura del país, la hacen y la venden en el interior.
Otra característica alarmante que se encuentra aquí, junto a las drogas, son los niños, que se pueden ver corriendo y jugando por los pasillos de la cárcel.
En este escenario, un niño de ocho años de edad se ve aquí jugando felizmente videojuegos en la habitación de uno de los reclusos.
La premisa es que los niños y los familiares de los internos están más seguros dentro de la prisión, que en las calles empobrecidas de afuera.
Pero a menudo, son víctimas también en el interior, con informes como el de una niña de 12 años de edad, que quedó embarazada tras ser violada por un grupo de hombres dentro de la prisión, en 2013.
Sin embargo, estos delitos no quedan impunes, ya que violadores y abusadores de niños son tratados con una política brutal de tolerancia CERO, por el "concejo" de los internos.
Una turba de linchadores arrastran a los delincuentes a un hueco poco profundo de concreto donde son golpeados, apuñalados y electrocutados a muerte, en frente de una multitud gritando, como se ha representado en una escena desgarradora en Marching Powder.
Siendo aterrador e infame para los residentes de San Pedro, el programa se vio interrumpido cuando Young se vio obligado a huir después de que los internos comenzaron a amenazarlo.
Mientras que la prisión puede parecer incivilizada, el hecho de que es financiada por los internos hace que sea un modelo barato para un gobierno en una de las naciones más pobres de América del Sur.
Una realidad desgarradora que prevalece en los países Latinoamericanos, hoy en día, y es cada vez más alarmante.