
¿Sabía que el agua potable que bebemos diariamente contiene flúor, el cual es una sustancia calificada por el mismo Ministerio de Salud como tóxica y cuyo empleo en gran parte del mundo está prohibido por el riesgo que representa? ¿Cuál es el interés de sostener esta contaminación del agua que consumimos?
Ha de ser la rutina frecuente de gran porcentaje de la población. Se despiertan, se levantan, toman un vaso de agua “potable” y se meten a la ducha. Se preparan un té caliente, algún jugo en polvo disuelto en agua, comen alguna que otra cosa y después a trabajar, estudiar, a vivir el día.

Es una práctica normal y aparentemente no representa ningún riesgo, todo el planeta lo hace, absolutamente nadie se cuestiona nada…y ahí es donde nace el problema. ¿Qué haría si supiese que en ese vaso de agua que a diario toma está presente un pequeño porcentaje de desechos industriales enormemente tóxicosusado, entre otras cosas, para veneno de ratas. Más aún, ¿sabía que el agua potable puede provocar cáncer y otras graves enfermedades?, y más encima, cada mes, al final del mismo te llega una factura a casa con lo que debes abonar en el banco por consumir ese agua llena de sustancias potencialmente mortales…sí, así está la cosa, pagamos por matarnos y provocarnos a nosotros mismos esos cánceres que entre comida y bebida y etc. nunca esperamos que seamos nosotros a los que les vaya a ocurrir, cuando somos nosotros mismos los que nos lo provocamos consumiendo el agua que nos suministran lentamente y diariamente.
Tomar dos litros de agua al día es la receta de los médicos para mantenerse saludables. El problema es saber si esa agua es realmente saludable. La campaña de fluoración del agua consiste en incorporar flúor al agua de consumo diario, lo que en una gran parte del mundo es ya efectivo desde hace buen tiempo. El problema, según especialistas, es que la medida es enormemente arriesgada por el hecho de que los efectos nocivos para la salud serían más fuertes que el beneficio que se persigue en la prevención de la caries para los sectores más vulnerables. El tema ha generado un intenso debate, en el que diferentes organizaciones y científicos han manifestado su férrea oposición a la medida ya implementada.
Contaminación del agua – Veneno potable
La RAE define al flúor como un “gas de color amarillo verdoso, con fragancia sofocante, tóxico y muy reactivo”. Otto Weitnert, uno de los más destacados y reconocidos químicos farmacéuticos chilenos, conocido por haber sido férreo opositor a la fluoración del agua para consumo, añade que “el flúor es tóxico y, a diferencia del que se encuentra naturalmente en los alimentos, el que se quiere agregar al agua corresponde al hexaflurosilicato de calcio, un residuo de las industrias que realizan abonos o bien fabrican aluminio”. ¿Preocupante, no? Incluso la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) tiene identificado al flúor como un veneno para ratas, nada menos.

Todavía de esta manera, la integración de esta sustancia para la prevención de caries prosigue siendo efectiva en buena parte del país. “La principal medida precautoria de Salud Pública con relación a la caries dental es la fluoración del agua potable, en zonas donde el flúor natural es menor de 0.5 ppm (partes por millón), y es técnicamente factible su implementación”, expone el documento del Ministerio de Salud..
“La fluoración del agua es una medida de equidad, puesto que la población de menores recursos tiene menos acceso a la adquisición de pastas dentales con flúor o bien a la aplicación clínica de fluoruro en forma constante y con la fluoración del agua garantizamos su acceso a esta medida precautoria de la caries dental”, cuenta la directiva del departamento de salud bucal del Ministerio de Salud, O. F.
Para los defensores, el tema pasa porque el flúor ha demostrado ser la medida más eficiente en la lucha contra las caries. “Está probado, por más de 80 años de estudios epidemiológicos, en comunidades en donde el agua se halla naturalmente fluorada o bien en aquellas en donde artificialmente se la fluorura, que los índices de caries reducen ostensiblemente. Por esta razón la OMS estima que es una medida de salud pública enormemente eficaz en la prevención de caries, de manera especial en los grupos más vulnerables de la población”, mantiene L. Vicentela, directivo del departamento de odontología de la Universidad del Desarrollo y unas de las caras perceptibles del apoyo a la fluoración.
No obstante, distintos análisis han planteado lo opuesto. El mismo Weitner, vanguardista en estudios sobre el tema, ha expuesto que el flúor “altera el metabolismo calcio-hierro y que provoca daños enzimáticos, ya que es un inhibidor de enzimas”. Por su lado, un estudio de la Empresa CorBíoBío titulado “Tecnología y Medio Ambiente: La Fluoración del agua, ¿es un problema ambiental?”, explicita que “está claro que el fluoruro es un veneno acumulativo y su toxicidad es mayor en el adulto que en el joven que está en su primera fase de acumulación. El flúor ha sido considerado responsable de retardo de la dentición. Se ha detectado una concordancia entre el retraso de aparición de caries y un difiero de la dentición”.
Más aún. El doctor Arvid Carlsson, Premio Nobel de Medicina dos mil, mantiene que “en resumen, la fluoridación es un riesgo irracional. O sea, que la toxicidad del flúor es tan grande y los supuestos beneficios tan pequeños – si es que hay algunos- que exigir a cada hombre, mujer o pequeño en América que lo ingiera, bordea en una conducta criminal de parte de los gobiernos”.
La resistencia del sur de América
La verdad es que el flúor ya está presente en nuestras aguas. La historia en Chiledata del año 1953. Ahí se realizó la primera fluoración llegando a cubrir cerca del ochenta por ciento de las aguas. Por razones administrativas y económicas finalmente la medida se retiró en mil novecientos setenta y seis. Poco más de una década después, la iniciativa volvió a presentarse. De este modo se le fue administrando progresivamente flúor al agua bebible, sin preguntar ni informar a absolutamente nadie. El día de hoy, cerca del 56 por cien del agua potable chilena contiene flúor, conforme las metas del Ministerio de Salud.

Ya el agua de la ciudad de Santiago es bien conocida a nivel nacional por su mal sabor, similar a la del norte. “La calidad del agua bebible en Santiago, bacteriológicamente, es de buena calidad, pero en lo que se refiere a propiedades organolépticas, no es muy agradable, por el hecho de que tiene mucho cloro (…) El problema es que con la cloración no solamente se afecta el gusto, sino se forman compuestos clorados, por ejemplo trihalometano, que puede ser halógeno, cloro, flúor y hasta yodo. Cualquiera de los tres se combina con el carbono y queda un hidrógeno y eso genera cáncer”, sostiene el Doctor Andrei Tchernitchy de la Universidad de Chile en una entrevista.
Pues bien. Esa agua fluorada es la que recorre Chile por instrucción gubernativo. Ante semejante arremetida, activistas sociales encabezados por la Fundación Corbíobío y científicos especialistas en el flúor, persuadieron a la ciudadanía de la Octava Región sobre los peligros de la fluoración. La revuelta fue tal, que la orden del Ministerio de Salud tuvo que ser detenida. Fue el efecto de la presión ciudadana. Como desenlace, el día de hoy la Región del Bío Bío es la única de Chile que no tiene fluorada su agua bebible.
“Cuando desearon fluorar aquí, había estudios esenciales hechos por científicos de la Universidad de Concepción que mostraban que el daño que provocaba la fluoración del agua bebible a las personas que la beben es fundamental (…) Hicimos campañas, hicimos hartas cosas y el Ministerio de Salud no se atrevió a llevar adelante esa instrucción. En verdad, conversé con autoridades del ministerio de esa temporada y ellos se dieron con perfección cuenta que la opinión pública estaba en contra de esto”, contó C. Lapostol, director de Corbíobío.
Intereses de por medio
Es un hecho que casi toda Europa tiene prohibida la flouración del agua. Por poner un ejemplo, en Francia, debido a consideraciones éticas y médicas, hace rato que el flúor dejó de estar en la lista de químicos para el tratamiento del agua. Bélgica decidió retirar del mercado productos como tabletas, enjuagues bucales, chicles, comprimidos y gotas con flúor, que aconsejan los dentistas para prevenir las caries y que eran de venta libre en el país, al estimar que su ingestión excesiva puede tener“una repercusión negativa sobre la salud”, conforme consigna un estudio elaborado para la Biblioteca del Congreso Nacional. En otras naciones como Alemania, Holanda, Japón, Noruega, Suecia, también tienen considerado como ilegal la presencia del flúor en el agua potable.
Chile insiste en sostenerlo, incluso cuando las experiencias foráneas debiesen representar ejemplos a continuar. Y es ahí donde nacen las dudas. Primero, la obstinación de meter, por fuerza, una sustancia altamente tóxica al agua que consumen todos los chilenos. Y segundo, la escasa (más bien nula) información que el Ministerio de Salud tiene a disposición de la opinión pública sobre la fluoración. ¿Puede haber intereses por el medio? C. Lapostol se aventura más allá.
“Venderle el flúor a un país atontado, que le pague más encima, es el negocio que pueden hacer. Entonces, uno espera decir: ¿hay intereses de tipo económico aquí?, ¿se van a estar coimiando? La sospecha es legítima (…) Ellos tienen temor que hagamos una campaña más fuerte contando estos inconvenientes, contando el costo de de qué manera votan los recursos”.

El mismo Weitner llegó a decir alguna vez que “la flouración del agua es un negocio de los americanos y otros asociados”, conforme reproduce Diario El Sur. Incluso más. También se podría llegar a pensar que la utilización del flúor en el agua de consumo es una medida de control social. Lo hizo Hitler para el control de la Alemania Nacionalsocialista y China en el control de su natalidad.
Lo demanda Charlos Elliot Perkins, industrial estadounidense que se hizo conocido luego de publicar una carta en el año mil novecientos cincuenta y cuatro dirigida a la Fundación Lee, en la que hacía preocupantes declaraciones.
“El motivo tras la fluoración del agua no es la salud de los dientes de los niños. Si esa fuera la razón, habría otras posibilidades más simples, económicas y considerablemente más eficaces de llevarlo a cabo. La verdadera razón para el tratamiento del agua es que sirve para reducir la resistencia de las masas contra la dominación, el control y la pérdida de libertad. En la parte trasera del hemisferio encefálico izquierdo existe un área pequeña responsable de la fuerza del individuo para resistir contra la dominación. Repetidas dosis mínimas de fluoruros reducirán, tras cierto tiempo y poco a poco, la fuerza del individuo para resistir contra la dominación, mediante el envenenamiento y narcotización paulatina de dicha una parte del cerebro. La consecuencia es la incapacidad de tomar resoluciones por sí mismo”.
Más allá de esta hipótesis, lo es cierto que el flúor, tan tóxico como se ha señalado, es una sustancia que consumimos día tras día. Si bien se plantea que en la dosis justa contenida en el agua no genera daño, el tema pasa porque múltiples otros comestibles (como el pescado, el té, entre muchos más) también contienen flúor y entonces se genera un efecto acumulativo que a la larga es mortal. El discute da para largo y sigue. “Hemos participado en muchas discusiones, encuentros científicos, seminarios para discutir este problema y siempre y en toda circunstancia le hemos ganado al Ministerio de Salud. Ellos no tienen razón (…) Resulta obvio que se está contaminando con un veneno tóxico todo el entorno, incluyendo las personas, el agua, el aire, la flora y la tierra”, expone Lapostol.
La experiencia penquista debiese dar cátedra a la ciudadanía nacional. Científicos especialistas fueron pioneros en investigaciones para impedir que este veneno se introdujera en el agua de consumo diario. Mas el país entero sigue ignorante sobre un tema que hubiese de ser de conocimiento y discute público.
Las razones para rechazar el flúor en el agua potable
- A nivel mundial es considerado un desecho tóxico.
- Se corre el riego de agudizar patologías de diabéticos, hipertensos, cardiópatas, nefrópatas, alérgicos, con insuficiencias y de tiroide.
- Provoca fluorosis bucal (defectos en el esmalte).
- Contamina el suelo, las aguas y a los seres vivos.
- Perjudica a los bebés, puesto que los biberones preparados con agua fluorada aportan 100 veces más flúor que la leche materna.
- Es una medida del Ministerio de Salud, que transgrede los derechos de los ciudadanos.
- Es el método más costoso para prevenir las caries bucales. Tiene un costo aproximado de 240 millones de pesos por año.
- Eleva las tarifas del agua bebible.
- Se plantea añadir flúor a la leche que consumen los menores de doce años, cuyo costo anual es de 130 pesos por pequeño.
Países que tienen prohibido el flúor en su agua potable
- Alemania y Holanda: Declararon ilegal la fluoración del agua bebible, pues el flúor está incluido en la lista de microcontaminantes tóxicos.
- Francia: El flúor no está dentro de los químicos que se le introduce al agua por consideraciones éticas y médicas.
- Canadá: La Corte Suprema no autorizó introducir peligrosos tóxicos al suministro de agua bebible.
- Bélgica: Este tratamiento de agua fue suspendido por la alta toxicidad del flúor.
- Luxemburgo: Jamás ha sido añadido a los abastecimientos del agua.
- Noruega: Hace 20 años se discutió con fuerza este tema y se resolvió que era inapropiado para la salud fluorar el agua.
- Otros países que la tiene prohibida son Suecia, Países Bajos, Irlanda del Norte, Austria, República Checa, entre muchos.