¿Tu olor puede revelar si padeces una enfermedad?


El mal olor corporal, ya sea por el sudor o el aliento, está provocado por las bacterias que se encuentran en la piel (dermis) y en la boca respectivamente. Aunque cada persona tiene un olor corporal propio, si existe una higiene adecuada este olor no tiene por qué ser significativo. Por tanto, si descubres que durante un periodo de tiempo tu sudor hiede, aparece halitosis (o mal aliento) o la orina huele diferente quizá deberías consultar a tu médico, porque también el mal olor de nuestro cuerpo puede ser un síntoma de que algo no marcha bien en nuestro organismo.


Por qué se produce la halitosis

El mal aliento puede producirse por distintas causas. En base a ello se establecen distintos tipos de halitosis. Está la halitosis transitoria, que se debe a la reducción del flujo de la saliva, por ejemplo cuando nos acabamos de despertar o cuando llevamos muchas horas de ayuno, y con la ingesta de ciertos alimentos como la cebolla o el ajo. Pero la más preocupante es la persistente, que puede ser oral (problemas de la boca) y extra-oral (patologías del aparato respiratorio, tubo digestivo, alteraciones sistémicas, etc.).

La diebetes es una enfermermedad metabólica que está relacionada con el mal aliento, concretamente los expertos especifican que las personas con diabetes pueden tener olor bucal parecido a la acetona (fruta en descomposición o quitaesmalte). Esto es un signo de cetoacidosis, que es un estado metabólico al que se llega porque el organismo falla y acumula ácidos cetónicos, lo que provoca una disminución del pH sanguíneo.

También la insuficiencia renal produce un olor peculiar en el aliento. En este caso, la deficiencia de los riñones para filtrar sustancias tóxicas o desechos del cuerpo se traduce en un olor parecido a la orina o al amoniaco. Por su parte, la insuficiencia hepática provoca un olor a pescado crudo en el aliento.

Otras enfermedades que otorgan mal olor a nuestro aliento son las infecciones de la garganta o pulmonares.

Sudor fuerte

El sudor también puede ser origen de mal olor. De hecho, una investigación reciente puso de relieve que si el sudor huele a plumas recién arrancadas es señal de que padece rubéola; si tiene olor a vinagre, esquizofrenia; a pan recién horneado, tifoidea; si huele a carnicería tiene fiebre amarilla y, por último, si el sudor huele a cerveza rancia, es signo de que sufre una infección de los ganglios linfáticos.

Orina maloliente

La orina es otra secrección de nuestro cuerpo que nos indica que algo va mal. Lo más característico es el olor a amoníaco, que podría sugerir una infección de vejiga.
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