Si revisamos las películas Disney nos damos cuenta de un hecho muy significativo. Muchas de las protagonistas – las llamadas princesas Disney – no tienen madre. ¿Te habías dado cuenta? Blancanieves y Cenicienta tienen madrastra, pero no madre. Bella, Jasmín, La Sirenita o Pocahontas, tampoco tienen. Prácticamente la única madre conocida de las películas clásicas es la de Aurora.

Muchos se han preguntado si esto obedece a algún motivo o es una casualidad. La revista Glamour entrevistó a Don Hahn, que es el productor ejecutivo de la película “Maléfica”, y le preguntó por este tema. Don Hahn explicó que aunque no suelen comentarlo, en realidad responde a dos cosas muy diferentes.
El crecimiento interior del personaje
En primer lugar, y obviando el hecho de que las películas tienen un tiempo muy reducido (80/90 minutos), las películas Disney se basan en el crecimiento del personaje, normalmente a raíz de un hecho concreto. La falta de uno de los progenitores, ayuda a que el/la protagonista madure antes y avance hacia ese desarrollo del personaje que buscan en las historias. Al carecer de madre, las protagonistas asumen unas responsabilidades que quizá, de otra manera, no asumirían.
Este argumento enlaza con el hecho de que muchas películas de la factoría Disney se basan en cuentos populares. En ellos la falta de uno o ambos progenitores suelen estar en la base de las historias, no hay apoyo y el protagonista ha de enfrentarse sólo al mundo.
La madre de Walt Disney

Como resultado de esta tragedia, Don Hahn piensa que Disney, que estaba muy unido a su madre, quedó traumatizado y evitó la figura materna en sus películas. Más adelante se siguió esta política al ver que era mejor obviar la figura materna para acelerar la madurez del personaje en el corto espacio de tiempo que dura una película.
