
La sangre sigue saliendo y no podemos hacer que se detenga. ¡Pero hay una manera de conseguirlo! Simplemente, abre el gabinete de tu cocina y saca pimienta roja.
Los nativos americanos han conocido este método durante miles de años y conocen la capacidad de esta especia de detener el sangrado. Simplemente, esparce un poco de pimienta sobre la herida y espera unos segundos. Además, ya que la pimienta tiene propiedades antifúngicas y antibacterianas, también desinfectará la herida.
Esparcir especia sobre la herida solamente es posible cuando la piel tiene un rasguño. Con las heridas más serias más vale que consultes primero con un médico. También puedes disolver una cucharadita de pimienta roja en un vaso de agua templada y beberte la mezcla. ¡Esto acelerará el proceso de coagulación de la sangre!