Siete preguntas que jamás deberías hacerle a Google




Google no es tan todopoderoso como parece. A menudo las respuestas a nuestras consultas son inútiles o incluso dañinas o peligrosas. Estas son algunas de las preguntas que, por una u otra razones, es mejor que no 'googlee'.

¿Quién es ***? (donde*** es su nombre propio)





La mayoría de mortales no ha dejado ningún 'legado' para que Google lo recuerde, por lo que para evitar caer en un abismo reflexivo sobre la insignificancia individual, será mejor que no sepamos qué es lo que la Red sabe o no sabe de nosotros. Aunque aún son peores aquellas situaciones en las que Internet nos recuerda por algo que quisiéramos olvidar para siempre.


¿Cómo perder peso?




Google está repleto de consejos para quienes no tragan con su figura, pero entre ellos se esconden muchas sugerencias cuando menos peligrosas que prometen resultados fabulosos en pocas horas. Tampoco es buena idea 'googlear', por ejemplo, cuántas calorías contiene la comida que acabamos de ingerir… Normalmente son muchas más de las que pensábamos.

¿Qué significa esta mancha en mi piel?



Por la misma razón resulta aconsejable no 'googlear' ningún tipo de síntoma médico para no morirse del susto 'diagnosticándose' enfermedades fatales. Otro peligro asociado a este tipo de búsquedas que pretenden ver en Google el doctor que no es, consiste en dar con imágenes poco agradables. Basta con buscar algo tan sencillos como 'condición de piel' para toparse con algo horripilante.

¿Cuántas personas son infieles?




Google le ofrecerá miles de artículos que responden a esta pregunta, y que no son nada agradables. Por decirlo de una forma sencilla: son demasiadas. Asimismo, es mejor no buscar nunca nada sobre sus ex parejas. En el mejor de los caso no hallará nada y, si lo encuentra, a buen seguro no será nada consolador.

¿Cómo crear una bomba? ¿Cómo unirse al Estado Islámico? ¿Cómo pedir una pizza de queso?






Existe un sinnúmero de búsquedas que atraerán a los agentes de seguridad directamente a sus puertas. Y lo peor es que, aunque no tengamos malas intenciones, pareceremos 'culpables' a los ojos de los agentes. Por ejemplo, en EE.UU. pedir pizza de queso puede ser peligroso, ya que 'cheese pizza' es una palabra código que el FBI usa para buscar pedófilos.
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