7 sorprendentes mitos sobre los gatos


Todos quienes tengan un gato sabrán que son una buena compañía, además de muy adorables. Son una de las mascotas más populares y mucha gente los elige para tener en sus hogares. De todas maneras, la convivencia con ellos hizo que se generen algunas ideas falsas al respecto de su cuidado y tipo de vida, así que a continuación te mostramos 7 sorprendentes mitos sobre los gatos.

7. La leche es un buen alimento para los gatos

En un comienzo, los gatos preferían la leche por la crema que se formaba sobre ella, debido a la presencia de grasas. Pero la leche que actualmente se consigue en los supermercados está demasiado procesada, y no queda mucho de la grasa que tanto les servía para su organismo. Por supuesto que la siguen tomando, pero ya no es por el contenido alimenticio sino simplemente por el gusto, y aunque no lo creas, les es muy difícil de digerir.
Los pequeños mamíferos están preparados para procesar la lactosa, el azúcar en la leche, pero una vez destetados ya no poseen la enzima necesaria para esto. Es el motivo por el cual la leche puede causar dolor de estómago a un gato adulto.

6. No pueden ser entrenados

A diferencia de lo que se piensa comúnmente, los gatos pueden aprender tanto como los perros. Sin embargo, no es útil porque ya nacen sabiendo cazar y conseguir su alimento. Además, mientras los perros atienden a sus amos en cualquier momento, los gatos solo responden a la recompensa en comida. Su atención se basa solamente en beneficios, o sea que rápidamente se irán si están aburridos. Es por esto que nadie entrena a sus gatos, aunque puede ser beneficioso, si queremos que mejore su conducta.

5. Son especialmente curiosos

Existe un dicho que dice que la curiosidad mató al gato. Sin embargo, todos los animales pueden tener esta actitud, de acuerdo a sus personalidades. Mientras que la mayoría de los gatos se quedan a una distancia prudente frente a algo desconocido, otros son más audaces y se arriesgan. Las personalidades están delimitadas como lo están en los humanos, y en otros animales.

4. Son animales domesticados

Los gatos con pedigrí, de razas fuera de lo común, son animales domesticadosque se basan en las rutinas que los dueños les marcan. Pero no ocurre lo mismo con los gatos comunes, sobre todo las hembras que en temporada de apareamiento se van. Los machos con los que están no son siempre domesticados y además son ellas mismas quienes eligen a uno o dos gatos para aparearse. Si un gato no es domesticado en los dos primeros meses de vida, entonces será difícil que siga las órdenes de su amo. De esta manera los gatos siguen en muchas ocasiones sus propias reglas.

3. Saben lo que piensa el amo

Es claro que los gatos prestan atención, al igual que lo hacen los perros, pero no tengas esperanzas de que te esté entendiendo. Para tener esta capacidad desarrollada debería primero tener conciencia de la mente del otro, una habilidad poco desarrollada en animales, y además, conocer los sentimientos humanos.

2. El olfato del perro es mayor al de los gatos

Los gatos y los perros poseen algo parecido a una segunda nariz, que los humanos no tenemos. Está ubicada entre la boca y la nariz y es capaz de sentir las sustancias químicas. Aunque los perros tienen una nariz más potente que la de los gatos, éstos últimos tienen el sentido químico mucho más desarrollado.
El órgano de Jacobson, como se lo conoce, está compuesto por dos tubos llenos de líquido. Mientras los gatos poseen 30 receptores, los perros solo tienen 9, y además demuestran cuando lo están usando levantando el labio superior y dejando ver sus dientes.
Todos quienes tengan un gato sabrán que son una buena compañía, además de muy adorables. Son una de las mascotas más populares y mucha gente los elige para tener en sus hogares. De todas maneras, la convivencia con ellos hizo que se generen algunas ideas falsas al respecto de su cuidado y tipo de vida, así que a continuación te mostramos 7 sorprendentes mitos sobre los gatos.

7. La leche es un buen alimento para los gatos

En un comienzo, los gatos preferían la leche por la crema que se formaba sobre ella, debido a la presencia de grasas. Pero la leche que actualmente se consigue en los supermercados está demasiado procesada, y no queda mucho de la grasa que tanto les servía para su organismo. Por supuesto que la siguen tomando, pero ya no es por el contenido alimenticio sino simplemente por el gusto, y aunque no lo creas, les es muy difícil de digerir.
Los pequeños mamíferos están preparados para procesar la lactosa, el azúcar en la leche, pero una vez destetados ya no poseen la enzima necesaria para esto. Es el motivo por el cual la leche puede causar dolor de estómago a un gato adulto.

6. No pueden ser entrenados

A diferencia de lo que se piensa comúnmente, los gatos pueden aprender tanto como los perros. Sin embargo, no es útil porque ya nacen sabiendo cazar y conseguir su alimento. Además, mientras los perros atienden a sus amos en cualquier momento, los gatos solo responden a la recompensa en comida. Su atención se basa solamente en beneficios, o sea que rápidamente se irán si están aburridos. Es por esto que nadie entrena a sus gatos, aunque puede ser beneficioso, si queremos que mejore su conducta.

5. Son especialmente curiosos

Existe un dicho que dice que la curiosidad mató al gato. Sin embargo, todos los animales pueden tener esta actitud, de acuerdo a sus personalidades. Mientras que la mayoría de los gatos se quedan a una distancia prudente frente a algo desconocido, otros son más audaces y se arriesgan. Las personalidades están delimitadas como lo están en los humanos, y en otros animales.

4. Son animales domesticados

Los gatos con pedigrí, de razas fuera de lo común, son animales domesticadosque se basan en las rutinas que los dueños les marcan. Pero no ocurre lo mismo con los gatos comunes, sobre todo las hembras que en temporada de apareamiento se van. Los machos con los que están no son siempre domesticados y además son ellas mismas quienes eligen a uno o dos gatos para aparearse. Si un gato no es domesticado en los dos primeros meses de vida, entonces será difícil que siga las órdenes de su amo. De esta manera los gatos siguen en muchas ocasiones sus propias reglas.

3. Saben lo que piensa el amo

Es claro que los gatos prestan atención, al igual que lo hacen los perros, pero no tengas esperanzas de que te esté entendiendo. Para tener esta capacidad desarrollada debería primero tener conciencia de la mente del otro, una habilidad poco desarrollada en animales, y además, conocer los sentimientos humanos.

2. El olfato del perro es mayor al de los gatos

Los gatos y los perros poseen algo parecido a una segunda nariz, que los humanos no tenemos. Está ubicada entre la boca y la nariz y es capaz de sentir las sustancias químicas. Aunque los perros tienen una nariz más potente que la de los gatos, éstos últimos tienen el sentido químico mucho más desarrollado.
El órgano de Jacobson, como se lo conoce, está compuesto por dos tubos llenos de líquido. Mientras los gatos poseen 30 receptores, los perros solo tienen 9, y además demuestran cuando lo están usando levantando el labio superior y dejando ver sus dientes.

1. Había gatos domésticos en el antiguo Egipto

Mientras los gatos domésticos del Antiguo Egipto pueden haber vivido hace 4 mil años, pero las últimas investigaciones demuestran que fue aún antes, hace 10 mil años. Los gatos se extendieron por África y Medio Oriente convirtiéndose en animales comunes. Aunque todavía no hay pruebas exactas de el momento en que se volvieron domésticos, parece ser un proceso gradual en el cual los gatos salvajes se convirtieron en mascotas. 

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