La multinacional estadounidense cotizada en bolsa productora de agroquímicos y biotecnología destinados a la agricultura, Monsanto reconoció que los cultivos de maíz tradicional en México se contaminarán con semillas transgénicas en caso de que éstas se planten en el territorio nacional.
Incongruentemente lo anterior es el mismo argumento que que expertos y organizaciones ambientalistas han presentado en contra de la siembra comercial del transgénico en el país, que es centro de origen de este grano.
El periódico La Jornada publico el día de hoy que en 2013, 53 ciudadanos y 20 organizaciones interpusieron ante tribunales un juicio de acción colectiva, admitido por el juzgado 12 de distrito en materia civil en el Distrito Federal, el cual determinó la suspensión de autorizaciones a las empresas. Las secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y de Medio Ambiente ya habían otorgado permisos para pruebas piloto y experimentales y estaban por concederlos para fines comerciales.
Aquí surge la controversia con las empresas ya que han señalado que los transgénicos pueden coexistir con los maíces nativos sin consecuencias negativas, pero, de acuerdo con documentos presentados en el proceso judicial, la empresa Syngenta admitió en un oficio que si se siembra el grano modificado no se podrá realizar el libre intercambio de semillas sin que se contaminen los cultivos tradicionales.
De acuerdo con lo anterior la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), organismo gubernamental que se encarga de regular el tema, aseveró en una opinión enviada a los jueces que resultará más costoso a los campesinos usar las semillas transgénicas, ya que hay un incremento creciente de ellas y una amplia posibilidad de ir acabando con los cultivos tradicionales.
Uno de los principales argumentos de Monsanto para vender sus productos transgénics a los campesinos del mundo y particularmente de México es que con sus semillas se aumentará el número de producción, hecho que la Sagarpa ha desmentido y reconoció que la producción es la misma.