Un equipo de investigadores en Rusia se ha topado con más de una docena de discos de piedra en la región de Volgogrado, incluyendo uno que llega a medir 4 metros de diámetro. Según afirman, los extraños discos contendrían tungsteno, un metal de alta densidad utilizado usualmente en la tecnología militar.
El sitio web Bloknot Volgrad reporta que el descubrimiento fue hecho por Kosmopoisk, un grupo ruso dedicado a la investigación ufológica y criptozoológica. Las excavaciones que tuvieron lugar en el distrito de Zhirnovsky, Volgogrado, fueron dirigidas por Vadim Chernobrov; y, si bien anteriormente ya se habían encontrado rocas con forma discoidal, esta es la primera vez que sale a la luz una de proporciones tan grandes.
«Ya habíamos hallado una docena de estos discos, la mayoría de no más de 1 metro de diámetro, y en Kuzbass dimos con uno de cerca de 2 metros, pero este disco nuevo duplica el tamaño del último y es realmente único», dijo Chernobrov.
«La forma del disco de cuatro metros, que se asemeja mucho a la imagen popular de un platillo volador, ha provocado que la imaginación de los teóricos de la conspiración vuele», escribe el International Business Times. «Scott Waring, del sitio UFO Sigthings Daily, opina que es una prueba más sobre la existencia de visitas extraterrestres en el pasado y afirma que el disco está hecho de tungsteno, también conocido como wolframio, y utilizado especialmente en la tecnología militar».
Más allá de la elucubraciones sobre la naturaleza de las piedras, el nuevo disco encontrado ha sido llevado al museo de Zhirnovsky, donde los científicos lo están estudiando para indagar sobre su antigüedad y el material del que está compuesto. Algunos escépticos ni siquiera creen que sean artefactos manufacturados, sino más bien solo rocas cuya forma es el resultado de una erosión natural.
A principios de este año, otro disco de piedra fue descubierto en Rusia por una compañía minera, aunque esa vez el hallazgo se produjo cerca de la ciudad rusa de Belovo, situada en la cuenca del Kuznetsk. La singular reliquia fue localizada a 40 metros de profundidad, lo que sugiere una gran antigüedad. Los arqueólogos que analizaron este disco perfectamente circular de 1.2 metros de diámetro, concluyeron que era algo hecho por el hombre.