Estar en contacto con tierra y mugre fortalece el sistema inmune



La mugre, lejos de ser una amenaza para los bebés y los niños, puede llegar a ser favorable. Por un lado, les ayuda a fortalecer el sistema inmune cumpliendo una función similar a la de las vacunas y, por el otro, les permite explorar un entorno real, una tarea que es esencial en la primera infancia.
El doctor Gilberto Acuña, médico pediatra especialista en educación y asesoramiento familiar, reconoce que el contacto con los virus, gérmenes y bacterias que pueden hallarse en el suelo de una casa, en los prados y en la arenera, entre otros lugares, permiten el desarrollo de los sistemas de defensaorgánicos.
Y es que ensuciarse como parte del juego y la exploración permanente de los pequeños no solo resulta beneficioso para su salud, también contribuye de manera significativa en la formación de seres más creativos, sociables y seguros.
El ser humano tiene la necesidad de recibir información permanente para desarrollar lo que los expertos llaman los sistemas representacionales: visual, auditivo y kinestésico –este último se refiere a aquellas personas que aprenden mediante sensaciones o movimientos percibidos a través del tacto, gusto u olfato–. Liliana Zambrano, instructora en programación neurolingüística de Aseia (Asesores en Excelencia Integral), señala que cuando al infante se le permite interactuar libremente con el entorno y las diversas texturas que se hallan en él, se le están ofreciendo múltiples opciones de estimulación que enriquece sus neuronas.
Asimismo, Zambrano menciona que “los estudios en psicología clínica, psicología infantil y programación neurolingüística que abordan el tema concluyen que cuando se concibe el contacto con la mugre en el juego y el aprendizaje, los niñosestán más ajustados al entorno, tienen mejor autoestima y desarrollan con más facilidad sus destrezas”.
El punto medio
No existe la fórmula que les dé a los padres la medida justa en la que los niños deban ensuciarse para reforzar su sistema inmune y estimular todos sus sentidos libre y sanamente, pero sí existen pautas que ayudan a evitar los excesos que, de cualquier manera, terminan siendo nocivos para el menor.
Para empezar, evite generar falsas y negativas creencias con frases como “no toques la tierra porque te vas a enfermar”, “no te acerques a los animales porque transmiten infecciones”, “no seas sucio, párate del suelo”, por mencionar algunos ejemplos. Asimismo, tenga claro cuáles son los valores que quiere enseñarle a su hijo, y bajo ese lineamiento sea congruente con lo que dice y hace. “Si su niño llega de jugar fútbol completamente embarrado y sudado, y se le lanza encima para abrazarla y usted se abstiene de hacerlo y le dice que debe bañarse primero, claramente está primando la estética y la higiene por encima de la emocionalidad y los sentimientos”, dice Álvaro Franco, psiquiatra infantil.
Para evitar este tipo de extremos, Zambrano propone que no se le dé más importancia a un valor que a otro, sino que todos estén en un mismo nivel de prioridad. Para ello, argumenta que diariamente se puede trabajar uno distinto. “El lunes el amor, el martes la higiene, el miércoles la tolerancia, el jueves el respeto, y así sucesivamente. Al final de la semana le has enseñado neurológicamente varios valores a través del juego, prácticas que en programación neurolingüística se denominan programación flexible ajustado a realidades”, explica.

Por su parte, Acuña considera que dentro del desarrollo psicomotor del niño y de los procesos que conllevan a la evolución de su autonomía, es bueno que experimenten situaciones de contrastes. Por ejemplo, explicarles que en lugares como el parque, la arenera, la cancha de fútbol, la clase de manualidades o su cuarto de juegos, por mencionar algunos ejemplos, puede ensuciarse, pero que también hay lugares y momentos en los que debe mantenerse limpio, como las ceremonias y reuniones protocolarias.
“Los padres, además de proveerles a sus hijos espacios idóneos para su desarrollo, deben explicar pedagógicamente lo que pasa en ellos, de acuerdo con su edad. De modo que si se está en una recepción es importante indicarles las normas de urbanidad y comportamiento correspondientes”, recalca.

A su vez, el doctor Franco aconseja a las madres y padres de familia perder el temor de que sus hijos estén expuestos a la mugre propia del entorno en el que se desenvuelven, y recomiendan que se les enseñe cuándo y dónde pueden jugar sin restricción de ensuciarse e, igualmente, cuándo y dónde es importante mantenerse limpios. “La higiene, al igual que el orden y la disciplina, entre otros valores, los irán aprendiendo mediante el ejemplo y lo que se les inculque en cada familia. Siempre que vaya a comer lávese las manos e invite al niño a que lo haga, así como a lavarse los dientes y bañarse diariamente, llegará el día en que  lo hará solo”, afirma.
* Especial para ABC del bebé

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