A lo largo de toda nuestra historia naval, siempre ha estado presente el mito de las sirenas. Cristóbal Colónya nos habló de ellas, solían aparecer en todo diario de bitácora y era habitual escuchar relatos alrededor de estas criaturas mitad pez, mitad mujer.
Su “presencia” se da en muchas culturas, son muchos los relatos de marineros tanto de Asia, Europa o América que han hablado de esas criaturas que rondaban las embarcaciones con sus peculiares cuerpos escamados y facciones humanas. Un legado perdurable hasta nuestra actualidad, que ha obligado, por extraño que te parezca, a que se creara una sección científica dispuesta a investigar en las profundidades del océano para dar respuesta a esta pregunta: ¿Existen las sirenas?
El mito de las sirenas
Su origen deriva de la mitología griega. Pero curiosamente en estas tempranas referencias, las sirenas, estaban más bien asociadas al mundo de los muertos. Criaturas con cuerpo de pájaro y rostro o torso de mujer, capaces de hipnotizar a los hombres con su cautivadora y atractiva voz. Más tarde, en la época preclásica, empezaron ya a asociarse al mundo acuático y a adquirir rasgos de las ninfas y las nereidas.
Criaturas monstruosas pero de gran atractivo que resultaban letales para los hombres. Bien es cierto que en ocasiones les ayudaban en algún percance en el océano y con sus embarcaciones, pero más tarde, acababan cantando para ellos, hipnotizándolos para conseguir que sus barcos se golpearan contra las costas. Después de encallar, devoraban ávidamente a toda la tripulación.
Siglo XXI, en busca de las Sirenas
Fue a final del 2012, cuando la NOAA, la Agencia Federal de oceanográfia de Estados Unidos, organizó una expedición para demostrar por fin la existencia o no de las sirena. Lo que pretendían en realidad era emitir un programa de televisión que ahondara en la clásica leyenda de estas criaturas, buscando aquellos seres a los que, históricamente, se había asociada con la conocida figura mitológica.
El programa fue emitido por Animal Planet bajo el título “Sirenas, cuerpo encontrado: Una pizca de verdad que vive debajo de la leyenda de las míticas sirenas”. Y fue toda una alarma social. ¿La razón? El documental quiso abordar una propuesta mantenida por muchos científicos: en el pasado evolutivo humano, existió un ser conocido como el “simio acuático”, un antepasado marino en común entre los homínidos y los simios. Algo demasiado atrevido quizá, que llenó de expectación e inquietud a todo aquel que vio el programa.
Recordemos: la teoría convencional sobre la evolución humana nos dice que los antepasados del Homo Sapiens moderno descendieron de los árboles, dejaron los bosques y se asentaron en la sabana. Conquistándola. Hasta aquí todo bien. Pero para otros científicos, antes de llegar a este punto, el Homo Sapiens atravesó una fase acuática.
Esta arriesgada formulación se conoce como la Teoría del Simio Acuático. Y nos dice que nuestros antepasados pasaron mucho, muchísimo tiempo en el agua. En este punto algunos especímenes salieron de este medio para desarrollarse en tierra firme, mientras unos pocos, decidieron quedarse en el océano. Los avistamientos sobre sirenas que hemos experimentado a lo largo de nuestra historia serían pues este tipo de“simios acuáticos”. ¿Puede ser esto posible? Te preguntarás. Basta decirte que esta formulación es mantenida por un grupo de científicos muy reducido. Quizá solo un pequeño club de inefables románticos.
Sea como sea, el documental de la NOAA alzó una gran polémica entre el público, renovando de nuevo ese clásico interés por las bellas e inquietantes sirenas.