Nos vamos a Kalachi, a una región pequeña y recóndita de Kazajistán. Lo que ocurre aquí ha llamado la atención de todo el mundo, parece el argumento de una novela de ciencia-ficción, no hay duda, pero sus habitantes, sin embargo, lo viven como una auténtica película de terror.
¿La razón? Imagina que estás inmerso en tus tareas cotidianas, en tus responsabilidades y, de pronto, sin saber muy bien cómo, caes dormido. Sin más. Y esta pérdida de conciencia puede durar horas o días.Inquietante.
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“Mi cerebro se apagó, no recuerdo más”
“Mi cerebro se apago, no recuerdo más…” Esto es lo que suelen explicar las 152 personas que han sufrido este problema en Kalachi. Caen dormidos de pronto y sin razón alguna, despertándose al cabo de varias horas o días zarandeados por amigos o familiares preocupados a los que, por alguna razón, no les ocurre lo mismo. Al menos de momento.
Y no importa lo que estén haciendo, conducir un coche, comer, ordeñar una vaca como es el caso de Marina Felk, ducharse, estar acudiendo al colegio o al trabajo… El mundo, de pronto, cierra su interruptor y toda su existencia queda apagada, suspendida en una espesura onírica de la que no pueden despertar.

Sin embargo, eso no es todo. Al despertar suelen padecer los siguientes síntomas:
- Náuseas
- Mareos
- Hipertensión
- Fatiga
- Desorientación
- Pérdida de memoria
- Alucinaciones visuales
- Migrañas
Uno de los miedos que suelen padecer estas personas es que piensen que han fallecido y que, en consecuencia, les entierren vivos. Un miedo aparentemente irracional pero comprensible a la vez, dado lo inusual del caso. Pero, ¿a qué se debe este extraño fenómeno? ¿Qué dicen los expertos? La verdad es que se han realizado más de 20.000 test e infinidad de pruebas, análisis médicos y científicos al agua, a la tierra, a los alimentos… En Kurali hay cerca de 500 habitantes y desde que se inició este problema el 28 de agosto del 2014, son 152 las personas que lo han sufrido.
No es narcolepsia, no hay escapes de monóxido de carbono, ni nadie ingiere “vodka de mala calidad”, como solían decir algunos medios con algo de ironía. Ahora bien, existe una teoría que muchos vecinos de la zona defienden y tiene que ver con una antigua mina de uranio abandonada. Es la mina de Krasnogorsk, ahora sin uso, pero que en el pasado, en los años de esplendor de la antigua Unión Soviética, sirvió de alimento para numerosas centrales nucleares.
Hoy en día, esa mina abre sus túneles con lóbrego misterio, arrancando de sus profundidades vientos cargados de veneno, de radiación y extraños olores que la mayoría asocian ya con lo que está ocurriendo. De momento, nadie se atreve a dar una conclusión clara. Las autoridades han ordenado que los habitantes de Kalachi abandonen el pueblo para ser realojados en ciudades vecinas, mientras llegan a la región especialistas del “Centers for disease and control” de Estados Unidos, para averiguar el origen de ese problema.
Sin embargo, hay algún que otro habitante de Kalachi que se niega por completo a dejar su hogar. Eseenemigo invisible parece no vencer de momento el orgullo o el miedo de todos sus vecinos. Mientras, estaremos pendientes de lo que ocurra, especulando, sacando nuestras propias conclusiones.
Imagen: Sylvain Courant