Hay gente que incluso guarda el móvil cada noche con ellos mismos antes de ir a dormir, debajo de la almohada para así no perderlo y que no se caiga o sea fácil de encontrar a mitad de la noche. Pero… ¿es esto seguro? ¿o estamos cometiendo un acto de locura, apuntando un arma cancerígena directamente a nuestras cabezas?
NO es bueno que guardemos los teléfonos móviles cerca nuestra. No son leyendas urbanas. No son conspiraciones ni temas de illuminatis, es ciencia y es cierto. La radiación es cancerígena. Si usted va a Chernobyl de vacaciones, sabrá que la radiación es real porque sabe de la desgracia que ocurrió ahí. Si a usted le dicen que un móvil puede dar cáncer, no le dará importancia alguna, puede que le llegue incluso a dar gracia que un amigo se lo comente. Porque no es como Chernobyl que sabe que ocurrió, usted “técnicamente” no sabe que los celulares son radioactivos y puede contraer cáncer con ellos. Inconscientemente piensa “cómo va a darme cáncer algo que usa todo el mundo y venden por 700€ en la Apple Store y tanto me consiguió ahorrar…?” Pero solo le podemos decir una cosa: cada día hay miles de casos más de cáncer, y no sabemos hasta qué punto muchos de ellos son causados por la radiación debida a la telefonía móvil.
Y este es el caso del Dr. Rober Nagourney y el Dr. John West, especialistas en cáncer. Les llegó una paciente 100% sana, con ninguna apariencia ni motivo justificado por el cual tuviese que padecer cáncer. La joven chica debería de estar sana. Tomaba zumos antioxidantes, se cuidaba. Pero obtuvo un cáncer. Sorprendidos los médicos le preguntaron. Y llegaron a un testimonio escalofriante: la paciente tenía la costumbre de ponerse el móvil siempre encima. ¿Y dónde? Pues se lo ponía dentro del sujetador.
…¿y adivinan dónde le surgió el cáncer?
Sí, exacto. Cáncer de mama.
¿Entonces dónde guardar los teléfonos? Pues, para mujeres recomendamos guardarlos siempre en un bolso. Claro, no hay necesidad de forrar los interiores con papel de plata, pero suponemos que si lo hicieras, estarías bien protegida de posibles cánceres debidos a posibles infecciones contaminantes de las ondas del móvil.
Si eres hombre, lo mejor para resguardarte de las ondas electromagnéticas de radiofrecuencia, sería llevar una mochila o similar, y en ella el móvil. Si te lo pones en el bolsillo sin más, este si es un poco hondo acabará resbalándote y acercándose a tus partes intimas. Y no quieres que te vaya a pasar lo mismo que a la pobre chica de arriba, y acabes con un cáncer de testiculos o similar desagradable tragedia.
Claro, esto es si queremos ser extremadamente precavidos. Luego hay estudios del 2009 que dicen como hombres que llevaban el teléfono colgado del cinturón sufrían menos probabilidades de cáncer que otros, etc. O como que haciendo 5,500 llamadas desde tu móvil te daban un 58% de posibilidades de padecer cáncer. En otro caso, un doctor llamado Siegal Sadetzki concluyó que existía un riesgo alto de sufrir un cáncer en el lado de la cabeza que usábamos para escuchar las llamadas. Estudios y estadísticas hay mil, rumores y leyendas otras tantas. Pero “por si acaso”, aquí uno que está pensando en forrar el interior de su mochila de papel de plata….