La Misteriosa Muerte de Elisa Lam


“Llegamos al hotel y fuimos revisando varias de las habitaciones. Los clientes tenían razón. El agua tenía un color oscuro y un sabor asqueroso”.

Es posible que de haber sabido que el cadáver putrefacto de Elisa Lam, desaparecida desde el 1 de febrero del 2013, se encontraba dentro de uno de los depósitos de agua del Hotel Cecil, el departamento de policía de Los Ángeles se hubiera podido ahorrar este “mal trago”.


(Elisa Lam)

Elisa Lam, estudiante canadiense de turismo por Estados Unidos, llega al Hotel Cecil la noche del 26 de Enero.

Tenía reserva en el local, si bien la parada en este establecimiento y en la ciudad de Los Ángeles no parecía estar, a priori y según la información facilitada por la familia, en los planes iniciales de la joven. Teniendo en cuenta que el local de hostelería se encuentra en uno de los “puntos calientes” de Los Ángeles (es decir, si imaginas un sitio donde alquilar habitaciones por horas para disfrutar de compañía femenina/masculina ilegal, estarás bastante acertado), y que la muchacha no frecuentaba, o no se sabía si lo hacía, este tipo de ambientes, este cambio de planes, preparado con antelación, resultaba bastante llamativo.

Todas las tardes, a la misma hora y sin excusas, la joven llamaba a su familia, en Canadá, para informarles de su estado y de las novedades sobre su estancia. La tarde del 31 de Enero Elisa Lam no realizó llamada alguna a sus parientes.

Esa misma noche el hotel recibió la llamada de los padres, preocupados por la falta de noticias.


El personal del hotel, por alguna razón, actúa de una manera demasiado obsequiosa. Se busca a la joven, se confirma que, pese a que sus pertenencias se encuentran en la habitación, ella no está, e inmediatamente contactan con la policía.

El Departamento de Policía de Los Ángeles actúa rápidamente. No es de extrañar, están ante el posible secuestro de una joven estudiante extranjera. Lo que convierte al objetivo en una “Víctima de Riesgo”. Se toman declaraciones a los trabajadores, se habla con el último contacto humano que tuvo Elisa (el propietario de una librería situada en las inmediaciones del hotel), se revuelve el local de arriba abajo usando incluso perros de rastreo. Nada. Elisa Lam había desaparecido sin dejar rastro.

A partir de este momento, el silencio mas absoluto envuelve la investigación sobre el caso de Elisa.

Sin, aparentemente, pistas que seguir, la policía hace pública la desaparición de la joven el día 6 de Febrero y, ante la persistente falta de indicios, el día 13 se pide la colaboración pública mediante la emisión de un vídeo grabado por la cámara de vigilancia del ascensor del hotel, el cual muestra los últimos momentos de vida de la chica.


Es en este momento cuando el caso trasciende mas allá de los medios. En las redes sociales la grabación se vuelve viral. El comportamiento, extraño y convulsivo frente a la cámara, convierten a Elisa en el centro de todo tipo de teorías a cual más disparatada.

En la toma, podemos observar a una joven realizando una serie de movimientos un tanto extraños. Teorías hay para todos los gustos, desde que era perseguida por un ente sobrenatural invisible, hasta que estaba huyendo de su asesino.




Si te das cuenta, Visitante del futuro, y lo miras desde un prisma objetivo, la grabación en sí no dice demasiado. Una filmación en baja calidad que reproduce los movimientos de una joven que parece estar jugando con alguien que permanece, en todo momento, fuera de escena. Pulsa los botones de varias plantas distintas, sale, entra, se esconde… Sin embargo no parece aterrada, ni grita pidiendo ayuda (lo que hubiera sido habitual en un Hotel, bueno, y en cualquier otro sitio).

El fin de semana del 16-17 de Febrero los clientes del alojamiento comienzan a emitir quejas sobre el estado del agua corriente en las habitaciones. Al parecer salía de un color oscuro y con un sabor repugnante. El técnico de mantenimiento del local comienza una revisión rutinaria de los depósitos de agua. En uno de ellos, flotando en mitad del líquido elemento, encuentra el cadáver en descomposición de Elisa Lam.



Ruta que tendría que seguir Elisa Lam para lanzarse al depósito.

Aquí es cuando la historia se complica.

El cuerpo de bomberos se persona en el edificio. El testimonio de los funcionarios hace constar que la tapa del depósito de agua donde se encuentra el cadáver está cerrada por fuera. Por desgracia la manipulación del mismo por el operario de mantenimiento del hotel, pese a que asegura que él mismo cerró la cubierta tal y como se la encontró, invalida el hecho de asegurar que estuviera así en el momento del hallazgo del cadáver.

El acceso a la azotea del edificio sólo es practicable desde el interior del mismo, bien usando una llave únicamente a disposición del personal, o bien empujando la puerta con un mecanismo de apertura conectado, obviamente, al sistema de seguridad. Lo que habría hecho saltar la alarma en el caso de que Elisa hubiera decidido salir a suicidarse alegremente de una manera tan morbosa.


El silencio sobre la investigación es total. No se facilita ningún tipo de dato ni existe ningún tipo de filtración a los medios.

La autopsia no reconoce en ningún momento que la joven hubiera muerto por ahogamiento, ni que sufriera traumatismos, o signos de violencia (estamos hablando de un cuerpo descompuesto en el agua durante 19 días, tampoco es que estuviera conservado en formol, lo que significa que, de haber tenido lugar un forcejeo, se habría borrado), lo que viene siendo: “Sabemos que está muerta, pero no sabemos por qué, ni cómo.” Asimismo la ausencia total de alcohol, drogas y medicamentos, desmiente la versión “conspiranoíca” de que la muchacha sufriera una esquizofrenia bipolar (según declaraciones no confirmadas, la chica tendría un blog en el cual confesaría su enfermedad; algo bastante curioso, ya que ningún miembro de la familia conocía este dato y, desde luego, no es una afección que pase desapercibida), y que estuviera puesta hasta las cejas de Thorazine.

El hecho de que el fallecimiento se achaque a un ahogamiento no pertenece, desde luego, a los hechos reales que reflejan la autopsia del cuerpo, sino a la decisión judicial, que asume este hecho como plausible, que no probado.

Entonces…

¿Cómo accedió Elisa Lam a la azotea del edificio sin hacer las alarmas?

¿Cómo pudo subir al depósito de agua y, si hacemos caso a la versión del técnico de mantenimiento, cerrar desde dentro la tapa del depósito?

¿Por qué decidió detenerse en Los Ángeles, si mantenía informada puntualmente a su familia de cada movimiento, y, sin en cambio, disponía de reserva anticipada en el Hotel?

¿Con quién jugaba en el ascensor?

¿Existía ese Blog? ¿Con quién jugaba, o se escondía, la chica del ascensor?

¿Por qué la autopsia es tan poco esclarecedora? ¿Por qué el juez dictamina un hecho sin comprobar?

¿Qué pasó en las últimas horas de vida de Elisa Lam?

¿Qué secretos guarda el Hotel Cecil? ¿Qué secretos se llevó a la tumba Elisa Lam?



Aqui tenemos un video del programa de TV Cuarto Milenio en el que hablan del tema:



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