
En 1880, un hombre llamado Abraham Inuit Ulrikab aceptó ser parte de un zoológico, pero no de animales, sino de humanos, esto ocurrió en Alemania.
Si bien se le prometió dinero y la oportunidad de ver Europa, la familia nunca tuvo tiempo para hacer turismo, todos murieron a los cuatro meses debido a la viruela. Todo esto fue parte de una tendencia algo extraña en Europa. Simplemente para mostrar otras culturas.
A pesar de ser exhibido como un animal, Abraham era en realidad un hombre letrado, un cristiano devoto, y un violinista. Escribió un diario explicando como fue su poco tiempo en Europa y la experiencia que fue estar exhibido
El Gobierno de Canadá se puso manos a la obra para que devolviesen el cuerpo a su país. Es una historia algo triste ya que tener a personas como animales es un claro ejemplo de las atrocidades que se hacían hace siglos. Hoy en día esta más controlado.
El Gobierno de Canadá se puso manos a la obra para que devolviesen el cuerpo a su país. Es una historia algo triste ya que tener a personas como animales es un claro ejemplo de las atrocidades que se hacían hace siglos. Hoy en día esta más controlado.