Esto es lo que sucede cuando te duermes sin apagar el celular
¿Has apagado alguna vez el móvil antes de acostarte? ¿Has procurado dejarlo fuera de la habitación al irte a dormir? ¿Te llevaste la tableta a la cama pensando que así te relajarías? Puede que estos dispositivos estén perjudicando nuestros hábitos de sueño más de lo que creemos.
La luminiscencia de la pantalla puede llegar a “engañar” a tu cuerpo y alterar la secreción de melatonina, hormona natural interna inductora del sueño. Además, retrasan nuestro reloj circadiano, disminuyen nuestro sueño e hiperexcitan el cerebro, cuando más necesitamos desconectarnos.
Estos son parte de los efectos adversos de dormir con el celular encendido, que recopiló ABC.
Jesús Escribá, médico neurofisiólogo y director del Instituto de Medicina del Sueño no duda en considerar el insomnio tecnológico como “una de las nuevas patologías del siglo XXI”.
“La potente y cercana luminiscencia de la pantalla de estos dispositivos son un estímulo muy contraproducente para nuestro sueño, ya que, sobre todo, interrumpen y alteran la secreción de melatonina, hormona natural interna inductora del sueño, que se sintetiza cuando hay oscuridad”, advierte Escribá.
Una encuesta de la Fundación Nacional del Sueño asegura que cuatro de cada diez estadounidenses llevan sus móviles a la habitación cuando van a acostarse. La encuesta señala que los menores de 30 años tienen mayor costumbre de hacerlo que el resto de grupos (lo hace un 72% de entre 13 y 18 años y un 67% de entre 19 y 29 años).
Especialmente, el chat es una de las actividades más frecuentes una hora antes de ir a dormir (un 21% lo hace todas las noches o casi todas), y también suele darse con mayor incidencia entre los menores de 30 (lo hace el 56% de ente 13 y 18 años y un 42% de entre 19 y 29 años).
Pero el problema no es solo el de la luminiscencia de las pantallas, sino que el sueño se ve afectado por otro problema: el uso de estos dispositivos como inagotables emisores de información, muchas veces de forma excesiva y compulsiva y segundos antes de cerrar los ojos hiperexcita nuestro cerebro y luego, en cambio, pretendemos que nuestro cerebro “desconecte” para dormir de forma rápida y sencilla generando una doble adicción: la tecnológica y la de la necesidad de un fármaco para dormir. Y todo ello contando con que seamos capaces de apagar estos dispositivos y no encenderlos mientras dormirmos porque, de lo contrario, los sonidos, vibraciones y destellos también podrían despertarnos y alterar nuestros ciclos de sueño.
¿Cómo resolver el problema?
Para evitar estos problemas, Escribá recomienda desconectar todos los aparatos electrónicos una hora antes de acostarnos y mantener los móviles y portátiles apagados y fuera de la habitación durante nuestro sueño. De hecho, la solución para dormir bien no siempre es farmacológica y muchas veces una terapia medico-psicológica personalizada y especializada es la clave para resolver un trastorno de sueño.
Fuente principal El Vocero