Secretos de la isla donde la gente se olvida de morir

  Artículo original escrito por Laine Bergeson para Huffingtonpost

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En la isla griega de Ikaria, la gente se olvida de morir.

La mayoría, también se olvida de enfermarse. Los ancianos de la isla experimentan relativamente muy poco el cáncer, las enfermedades cardiovasculares o la demencia.

Esta pequeña isla en el norte del mar Egeo, ha sido objeto de muchos estudios realizados por investigadores de todo el mundo. Cada extranjero se pregunta: ¿Cuál es el secreto para tener una vida larga y saludable?.




La escritora y cocinera estadounidense originaria de Ikaria, Diane Kochilas, ha tratado de mostrar desde dentro la esperanza de vida de esta comunidad mediterránea en su nuevo libro “Cocina Ikaria: lecciones sobre alimentación, vida y longevidad de la isla griega donde la gente se olvida de morir”, ofreciendo una perspectiva privilegiada sobre por qué esta comunidad griega vive tanto tiempo y tan bien.

Kochilas, autora de más de 18 libros sobre la cocina griega nos dio los seis mejores secretos de la longevidad de este remoto rincón del mundo, así como una receta de su libro; guisantes negros picantes con Arenque Ahumado, que es único en la isla.

Desde su casa en Grecia, Kochilas nos envía por correo electrónico estos seis secretos para una larga vida:

1. Come localmente, estacionalmente y con moderación. Al hablar de hábitos alimenticios, los octogenarios, nonagenarios y centenarios de Ikaria recuerdan que su infancia (una época de extrema pobreza, escasez y aislamiento) estuvo marcada por lo poco que comían más que por lo que comían, ya que, simplemente, no tenían muchos alimentos.

Comer carne era raro para los Ikarianos, tan raro que sólo la consumían dos o tres veces al año en las grandes fiestas. Para otros que pueden haber tenido animales (principalmente pollos), podían darse el lujo de sacrificarlos un par de veces al mes. El pescado era accesible si uno sabía pescar.
Los habitantes que actualmente tienen 100 años, normalmente comían lo que encontraban en la naturaleza, como caracoles, setas o verduras silvestres y lo que crecía en sus huertos.  Aún las comidas procesadas son muy poco comunes, excepto en algunos restaurantes.

2. Vive deliberadamente y no te apresures. El ritmo con el que la gente se mueve en Ikaria (Incluyendo a mi propia familia) nunca deja de sorprenderme: lento, deliberado, sin prisas, pero con el tiempo suficiente para observar y vivir cada momento.

Es el ritmo que se siente cuando voy a comprarle un tarro de miel a nuestro amigo y apicultor, Yiorgos, por ejemplo, llego, y en primer lugar me siento frente a su escritorio, pruebo un poco de miel, bromeo un poco y luego de unos 20 minutos se levanta y se acerca a sus botes de miel. Él tiene 84, y cuando dice que no hay necesidad de apurarse, tu solo escuchas.
Ese ritmo es el que permite que las personas sientan sus cuerpos desde el interior, como se hace en los ejercicios de meditación, y les permite saber si algo puede estar yendo mal. Yo tenía una tía mayor que podía sentir su cuerpo de esa manera y cuando empecé a meditar, la entendí de una manera diferente. Tomas un gran sentido del ahora al ser capaz de lograr ese tipo de sensibilidad.

La afición por tomar las cosas con calma tiene que ver con el sentido del tiempo, o la ausencia de él, que tienen los Ikarians. La resistencia, o más bien el no tomar en cuenta el reloj como gobernante de la vida, es algo legendario. Si no eres de aquí es difícil explicar esa mentalidad, la mentalidad de “está bien llegar tarde”, o “está bien hasta no aparece en lo absoluto”. Es algo que yo entiendo por instinto.



3. Disfruta del sueño. Dormimos mucho cuando estamos en Ikaria, es un regalo del cielo. No sé si es la atmósfera o el aire limpio, pero puedo dormir profundamente durante 10 horas, incluso con la luz del día que vierte en la habitación.
Los ikarianos también suelen dormir por la tarde, lo que, según ellos, les permite tener “dos vidas” en un solo día, especialmente en verano. El día empieza a las 9 de la mañana y las 7 de la noche ya es hora de acostarse. Sin embargo, a las 11 de la noche se levantan de nuevo y están despiertos hasta las 3 de la madrugada.

4. Deja ir las cosas. Como dicen los griegos: “No guardes las cosas malas dentro de ti”. Hay tanta verdad y sabiduría en eso. Ikaria es un lugar donde la gente tiende a ser tolerante, indulgente y carente de estrés. La cultura de la isla, por su parte, también ofrece una interpretación muy liberal de lo que significa ser desinhibido. Así las fiestas locales “Panygyria”, de vino y baile, que son por lo general en la celebración del día del nombre de un santo, son el lugar para presenciar cómo se desinhiben. El baile tiene mucho que ver con ello, lo mismo sucede con la fuerza del vino local.

5. Utiliza hierbas para la mayoría de las molestias de menor importancia para dejar que el cuerpo se cure a sí mismo. La farmacopea es muy popular en la isla y solo se toca la punta del iceberg en el libro

6. Camina y pasea. De acuerdo con la autora del libro, pasear es uno de los mejores ejercicios para el cuerpo y la mente. Pese a su edad avanzada, los longevos habitantes de la isla caminan mucho todos los días.
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