De acuerdo con un estudio de la National Sleep Foundation, es recomendable cierto número de horas de sueño en función de la edad biológica.
El humano ha especulado sobre el mundo de los sueños: los ha interpretado, adivinado, representado. Han servido para interpretar sucesos del futuro; como por ejemplo, cuando Napoleón Bonaparte soñó con dos gatos negros a escasos días de la batalla de Waterloo, los cuales se convirtieron en presagio de su estrepitosa derrota.
Aunque no fue hasta segunda mitad del siglo XIX, que Sigmund Freud, el padre del Psicoanálisis, definió los sueños como “realizaciones disfrazadas de deseos reprimidos”. En esta premisa entonces, donde todo es posible mientras el escenario es la suposición y la ausencia de la cordura, ¿por qué, si los sueños usufructúan el terreno mágico e inexplicable, son tan necesarios para la salud del día a día?
Es sabido que las personas adultas necesitamos al menos ocho horas de sueño; sin embargo, de acuerdo con un estudio de la National Sleep Foundation, es recomendable cierto número de horas de sueño en función de la edad biológica:
Recién nacidos (de 0 a 3 meses): 14 a 17 horas.
Bebés (de 4 a 11 meses): 12 a 15 horas.
Niños (de 1 a 2 años): de 11 a 14 horas.
Preescolares (de 3 a 5 años): de 10 a 13 horas.
Niños en edad escolar (de 6 a 13 años): de 9 a 11 horas.
Adolescentes (de 14 a 17 años): de 8 a 10 horas.
Jóvenes adultos (de 18 a 25 años): de 7 a 9 horas.
Adultos (de 26 a 64 años): de 7 a 9 horas.
Adultos mayores ( 65 años en adelante): de 7 a 8 horas.
Ahora bien, los trastornos de sueño son una fuente de enfermedades que van desde la resistencia a la insulina, la cual puede derivar diabetes, aumento de peso, disminución del libido, envejecimiento prematuro, hasta depresión o brotes psicóticos.
Así que, duerme lo que necesites y toma el tiempo para hacerlo apacible y tranquilamente. Se trata de tu salud integral.