Después de terminados y cicatrizados, los tatuajes pueden tener un aspecto increíble, dependiendo del talento del artista tatuador, por supuesto. Pero, hasta allí, la verdad es que el proceso de inyección de tinta (porque eso es precisamente de lo que se trata un tatuaje) lleva implícito sangre y perforaciones.
Es decir, puede resultar muy doloroso. Para mostrar cómo es este proceso, Destin Sandlin, el presentador del programa Smarter EveryDay fue hasta una sala de tatuajes y reveló, con zoom y a cámara lenta, la ciencia detrás de un tatuaje.
Si no hablas inglés y quieres ir directo a la acción, dirígete al minuto 3 del video.
La primera parte del video está dedicada a la máquina para tatuar, un dispositivo eléctrico parecido al taladro de un dentista (tanto en ruido como apariencia). Dicha máquina fue inventada por Samuel O’Reilly hacia finales del siglo XIX y ha permanecido básicamente igual desde entonces. O’Reilly adaptó la impresora de Thomas Edison para la piel, modificando el sistema de tubos y la parte oscilatoria magnética para mover la aguja.
El tatuaje puede realizarse con una o más agujas, que perforan la piel entre 50 y 3,000 veces por minuto. Las agujas se mueven a través de un circuito que conecta bobinas electromagnéticas a un pedal parecido al de una máquina de costura. Este campo electromagnético empuja la aguja atrás y delante de esta forma:
Lo que hace que la tinta permanezca en la piel es que la aguja con tinta penetra hasta la epidermis – la parte superficial de la piel – y deposita la tinta en la dermis, la capa debajo de la epidermis, que contiene vasos sanguíneos y nervios.
Cada picadura de la aguja es una herida, a lo que el organismo responde desencadenando un proceso inflamatorio. Eso se traduce en que el cuerpo envía células del sistema inmune al lugar de la herida, estas células especiales conocidas como macrófagos se “comerán” la pintura en un intento por limpiar la inflamación causada por ésta. Lo que sobra termina siendo absorbido por células llamadas fibroblastos, que se quedan en la dermis para siempre.
Aquí hay otro video en cámara lenta, este es mucho menos traumatizante.