Perdió Su Cara En Un Incendio. No Vas A Creer Cómo Quedó Después De Un Mega Trasplante.

La medicina y sus avances una vez más dieron de que hablar, este años se llevo a cabo un nuevo trasplante de rostro, acontecimiento que por haber sido tan positivo ha generado la alegría de millones de personas y convirtió en la esperanza de quienes por situaciones diversas han perdido tejidos en gran parte del rostro.

El señor Pat Hardison de 41 años, quien tras cubrir un día de trabajo como bombero quedo atrapado en medio de las llamas que consumieron su rostro, generándole terribles quemaduras, que no solo le afectaron físicamente sino también emocionalmente, pues su vida se torno un infierno desde ese día pues ni sus hijos lo reconocían, su vida en pareja se volvió un infierno, se sumergió en una fuerte depresión y sin esperanza de volver a su vida normal. Fue sometido a 71 operaciones, quedando en un promedio de 7 por años desde que ocurrió el accidente en septiembre de 2001, en estas cirugía mediante el uso de implantes de piel trataron de mejorar sus aspecto y reconstruir su nariz, parpados y demás estructuras afectadas, sin lograr un acabado perfecto.

Este año 2015 fue decisivo para él, ya que tuvo que decidir si se sometía como conejillo de indias a un trasplante de rostro en el cual su supervivencia se vería comprometida en un 50 %, pero a pesar del riesgo decidió realizarse dicha cirugía para mejorar su calidad de vida. El donante resulto ser un chico más joven que él, se trataba de David Rodebaugh, de 26 años quien murió en agosto de este mismo año después de sufrir un accidente en bicicletas y de haber sido declarado con muerte cerebral, a lo que sus familiares estuvieron totalmente de acuerdo ya que en vida este chico tuvo el deseo de ser bombero.

Bajo todo pronóstico se realizo aquella cirugía con éxito, hoy Hardison goza de buena salud y se está recuperando de la mejor manera, tiene nuevos parpados, nueva nariz y bastante funcional, además los médicos aseguran que mejorara su campo visual, sin embargo deberá continuar con su tratamiento inmunosupresor para evitar que rechace el trasplante, pero sin dudas su calidad de vida irá mejorando, su seguridad aumentara y volverá a ser el hombre lleno de vitalidad que antes fue. Ojala y esta historia sirva de ejemplo a muchos que pasan por situaciones similares y pierden la fe, pues el sol sale para todos y siempre hay una segunda oportunidad para comenzar de nuevo.

¿Su mensaje? “Siempre hay una esperanza”.