Si esperas a que llegue el momento perfecto, te quedarás esperando toda tu vida
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A lo largo de la vida, las personas tienden a permanecer a la espera del momento perfecto para comenzar los proyectos, planes y estudios que tanto desean hacer.
Esto se debe a que los diversos conflictos y obstáculos de la vida hacen difícil determinar el momento ideal para iniciar una nueva aventura personal o profesional.
Es por ello que normalmente las personas dejan pasar muchos años mientras esperan algún tipo de señal que les permita descubrir cuál es el momento perfecto para dedicarse a una nueva carrera, vocación, proyecto e incluso una relación.
Sin embargo, esta forma de pensamiento puede generar que una persona deje que el paso del tiempo y factores externos determinen cuando debería dedicarse a los proyectos que tanto desea concretar. Una acción que causa efectos negativos en el desarrollo personal, profesional y familiar del individuo que permanece a la espera.
Un estado de inactividad que puede llegar a causar arrepentimientos en el futuro, además de un desgaste físico, mental y emocional por parte de la persona. Al sentirse con la obligación de permanecer a la espera de algo o alguien que lo motive, provoque o le indique que debe comenzar a moverse, inventar y arriesgarse a marcar su propio camino.
La vida no se trata de esperar, sino de comenzar a actuar
De esta forma aunque no lo parezca, se invierte mucho tiempo, voluntad y energía a la espera de una señal de partida, como la existente en las competencias deportivas. Un hecho bastante alejado de la realidad, dado que todas las decisiones en la vida de una persona, parten de sus propia necesidad y deseo.
Al invertir tu tiempo a la espera de alguna señal para comenzar tus planes, estudios, proyecto, relaciones o ideas, logras auto-sabotear tu desarrollo y crecimiento personal y profesional. Debido a que esta decisión podría convertirse en el futuro como un motivo de gran arrepentimiento, frustración y tristeza.
La falta de acción, decisión y voluntad pueden hacer que una persona desperdicie gran tiempo de su vida a la espera de una motivación. Sin embargo, la iniciativa no viene de alguien externo, sino se trata de algo que permanece en lo profundo de cada individuo.
De esta forma cada persona posee el poder de convertir sus objetivos, metas y sueños en una realidad. Al ser consciente de que la decisión y la capacidad para llevar a cabo dicho proyecto, relación, idea o pensamiento se encuentra dentro de sí.
Es por ello que no debes sentarse a esperar por alguna señal de la vida para comenzar a avanzar por tu propio camino. Todas estas decisiones se encuentran al alcance de tu mano, solo hace falta el deseo, empeño, dedicación y valor necesario para tomar las riendas de tu propia vida y empezar a marcar tu destino.