Infusiones para inducir el sueño lúcido


El sueño sigue siendo un misterio para la razón humana, pero no para la intuición. Ahí, en ese universo alterno, donde las posibilidades aumentan, pues encuentra lugar la información psíquica del inconsciente, todo acto podría manifestarse frente a nosotros y aleccionarnos, o simplemente fascinarnos con la experiencia surreal de un escenario poco probable.

En los sueños experimentamos procesos físicos y metafísicos que han permitido a la ciencia encontrar otro posible cauce de las visiones que se experimentan: el sueño lúcido. La posibilidad de tomar conciencia de que estamos soñando, y utilizar esa información con voluntad propia para modificar la realidad que está siendo soñada, fue nombrada en 1967 por el especialista Léon d’Hervey de Saint-Denys como un sueño lúcido. De este tipo de trance se han derivado numerosas teorías, como la posibilidad de utilizar el sueño como un proceso terapéutico y poder, por ejemplo, superar nuestros miedos, resolver un problema u obtener información que aparentemente no conocemos, pero que reside en nuestra memoria y puede ser de gran utilidad en nuestras vidas. Hay quienes se han atrevido a especular que, de investigarse a profundidad este tipo de sueño, en el futuro podríamos aprender algún idioma o a desarrollar alguna actividad mientras estamos dormidos.



El sueño lucido o consciente ha sido encontrado en grandes textos de la antigüedad: es mencionado por el budismo –incluso existen técnicas tibetanas para incitarlo– y se encuentra oculto en obras de gran valor literario, como las de escritores griegos –Aristóteles y Homero, por mencionar sólo un par–. Las culturas americanas de la antigüedad también eran conscientes en sus sueños, y los utilizaban como un “libro de vida” de gran valor filosófico.

La presencia de los sueños lúcidos también ha sido comprobada científicamente, gracias a un código de movimientos oculares –muy común en la fase del sueño REM– que el soñador presenta mientras está teniendo el sueño consciente. La ciencia, incluso, ha desarrollado métodos cognitivos o de inducción para incitar al sueño consciente; desde preguntarnos sencillamente “¿Estoy soñando?” y verificar si el paisaje es real, hasta la utilización de “agentes externos” que inciten al sueño, como los sonidos binaurales. Se ha comprobado, también, que tener un diario de sueños aumenta las posibilidades de experimentar sueños lúcidos.Toniese L. Fontaine

El sueño lúcido es un estado de sueño profundo, y mientras no nos sea posible dormir bien y mejor, difícilmente podremos experimentar uno. De ahí la importancia de intentar inducirlos con remedios naturales que nos permitan enriquecer esta visión onírica de nuestra psique.

Practicar el control de esta realidad es posible con tés e infusiones que seguramente ya conoces. Estas hierbas no solo te harán soñar con más frecuencia y mejorarán tu sueño, tu concentración o tu memoria, sino que también tendrán un notable impacto en tu vida, pues se trata de agentes naturales que le ayudarán a tu cuerpo a fortalecerse con el descanso y una serie de sustancias naturales. Las infusiones que aquí te mencionamos también tienen poderosos beneficios para la salud, y a continuación te decimos cuáles:

Raíz de valeriana

La Valeriana officinalis tiene numerosas propiedades medicinales que pueden contribuir a relajar el sistema nervioso y reducir la ansiedad, la depresión y el estrés. Su raíz en infusión funciona como un potente analgésico natural y una fórmula eficaz contra el insomnio. Su mismo nombre (cuya raíz proviene de valere, que significa estar fuerte o saludable), advierte que se trata de una hierba capaz de poner a nuestra mente y cuerpo en un estado ideal para disfrutar de la experiencia de la vida (o del sueño).

Toronjil

A igual que la Valeriana, la Melissa officinalis o toronjil resulta increíblemente buena para combatir la ansiedad y el estrés. Las hojas de esta planta, servidas en una deliciosa taza con agua caliente y miel, resultan una especie de relajante natural, muy tenue y con un sabor dulce, que permite dormir mejor gracias a sus propiedades hipnóticas. El toronjil también es bueno para la concentración, que es una de las bases para experimentar un sueño lúcido.

Menta

El suave y delicioso aroma de la menta es terapéutico y ha probado ser ideal para activar la relajación a la hora de dormir. El hecho de que sea una planta aromática también influye en otro factor si deseamos tener sueños lúcidos: su potencial para abrir las vías respiratorias, lo que permite a las personas respirar mejor durante el sueño. De preferencia, consúmela de manera natural, sólo con un toque de miel.

Pasiflora

Si el capitalismo no te deja dormir bien, ni concentrarte en lo que es importante, esta hierba es para ti, tanto por su potencial para erradicar el estrés y la fatiga causados por la sobresaturación laboral como para disminuir los trastornos de sueño y las pesadillas. La pasiflora también contribuye a disminuir los dolores de cabeza de manera casi instantánea y a relajar la mente para tener una mejor concentración. La puedes tomar ya sea en infusión o en gotas derramadas en tu té de preferencia.

Hierba de san Juan

Esta hierba es muy poderosa. La Hypericum perforatum, hipérico o hierba de san Juan, es una especie muy vieja, utilizada desde la antigua Grecia para “refrescar” la mente. Sus alcances van más allá del efecto sedante, ansiolítico y antidepresivo, pues se trata de una planta con propiedades también antiinflamatorias, antivirales, antibacterianas y antimaláricas. Para el tema que aquí interesa, es preciso mencionar que la hierba de san Juan actúa como un neuroprotector que incrementa la actividad cognitiva y mejora la memoria. Los expertos creen que también ayuda a producir el estado de sueño profundo, lo cual tiene beneficios restaurativos o curativos. El aroma de esta hierba es fuerte y no se recomienda la infusión para gente sensible a los sabores.

Otras hierbas que puedes tomar como infusión para dormir mejor:
Tilo o Tila
Lavanda
Azafrán
Boldo
Mulungu
Romero
Kava

Es preciso recordar que no todas las hierbas pueden tener el mismo efecto en un organismo, ni responder igual si, por ejemplo, estás tomando algún medicamento. Para elegir cuál es la mejor para ti, infórmate sobre cada una de ellas, así como de los efectos secundarios.
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