La fascinación por reventar granos (y ver dormir a otros) conquista internet

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Es una de las actividades que más nos asemeja a los primates. Reventar granos y abscesos y sacarnos espinillas los unos a los otros no se diferencia de la amable extracción de pulgas y parásitos en lo alto de la rama de un árbol.
Bueno, sí. Los simios lo hacen solamente por socialización, aburrimiento, higiene. En cambio, muchos humanos lo hacen por puro placer, por alcanzar un éxtasis visual y epidérmico bochornoso y difícil de explicar.
Eso por no hablar de los terremotos de pareja que puede llegar a generar. Hay algo ahí, un deseo que escapa al control, a la razón.
Internet, ya lo sabemos, tiene la gran habilidad de normalizar lo minoritario. Como bazar inacabable de filias y aficiones raras, era cuestión de tiempo que la limpieza pilosebácea de cutis y espalda como rutina íntima asquerosa se convirtiera en una comunidad virtual "profesionalizada" que no para de crecer. Incluso empieza a ser rentable.
Algunos vídeos en los que se muestran granos y abscesos reventando, espinillas saliendo a la luz, extirpaciones de quiestes sebáceos y explosiones de pus han alcanzado los más de 30 millones de visualizaciones en YouTube. 30 millones cada uno.
Sobre el arte de Pimple Popping ('reventar espinillas') hay canales de YouTube, un hilo muy activo en Reddit, foros y webs como Pop That Zits. Chris Azzari, el dueño de esta última web, contó a The Guardian que reciben la visita de unos 350.000 usuarios cada mes, y que Google Trends no deja lugar a dudas: la demanda de este tipo de contenidos va en aumento. Por eso los vídeos inéditos de esa acción tan cotidiana que es reventarse un absceso ya tienen un valor en el mercado (al principio, él ofrecía 20 dólares).
Tambien hay grandes estrellas en este mundo, como el doctor indio Vikram Yadav y la doctora Sandra Lee, más conocida como Doctora Pimple Popper.
Si hubo un big bang audiovisual en este ámbito ese fue Operation Kill George, un vídeo de 10 minutos publicado en 2012 y que sigue en el podio de la comunidad.
Sobre la explicación a todo esto: hay muchas. Algunos usuarios hablan del efecto hipnótico, otros de que tiene efectos catárticos, de limpieza y calmantes. Ver vídeos de granos explotando es, para muchos, una forma de aliviar el estrés.
Espías nocturnos
La otra gran tendencia creepy de internet para este año que acaba es la que propone la app de video streaming YouNow , y en concreto su canal Sleeping Squad ('escuadrón de dormir'), el lugar para aquellos que buscan conectar con los ronquidos, las pesadillas o el descanso plácido de completos desconocidos.
La cosa va, sí, de ver y dejarse ver. Ver a gente durmiendo o preparándose para ir a la cama. Retransmitir nuestras horas de sueño para todos aquellos que quieran vernos a través de la pantalla.
La mayoría de los usuarios que se graban durante el sueño, o desarrollando actividades pre-sueño (como ponerse el pijama, tomar un vaso de leche o descansar sobre el colchón mientras juguetean con el móvil)son adolescentes.
Tyler Knignt, un joven estadounidense, es una de las celebridades del escuadrón de dormir.
Mientras él emite horas y horas de sueño, los usuarios de YouNow comentan lo guapo que es, opinan sobre su peluche o la decoración de su dormitorio. Algo que siempre se había percibido como terrorífico e inquietante —que un desconocido te observe mientras duermes— se vuelve un acto de compañía y aporta sensación de seguridad.
A veces los usuarios se cantan canciones para dormir los unos a los otros.
Por supuesto, son muchos quienes opinan que esta afición es un reality show perfecto para pedófilos.
Zach Clayton fue quien inició la moda. Es uno de los personajes más populares de YouNow. Una noche estaba demasiado cansado para charlar en directo con sus fans y ellos le propusieron que se grabara durmiendo. También se inventó el hashtag que hoy da nombre al canal.
Sin embargo, hoy Clayton considera esta práctica como algo "raro".
Willa Paskin, la periodista que investigó esta nueva moda para Slate, definió lo que vio de esta manera: "Suena como el fin de los tiempos, pero en realidad es como mirar un tronco ardiendo [...] una fascinación hacia el movimiento de otras personas".
Como dicen muchos internautas que aterrizan sobre estos contenidos por primera vez: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Los motivos son tantos como personas: soledad, vanidad, narcisismo, necesidad de conectar con realidades distintas a la propia, ganas de compartir experiencias similares, de hacerse famoso...
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? La respuesta es difícil pero fácil al mismo tiempo. Fácil porque nuestra intimidad nunca cambió, fue internet el que se coló en ella.
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