Antes de embarcar hacia Afganistán el soldado británico Kevin Elliot, en tono de broma, hizo un pacto con su mejor amigo Barry Delaney. Elliot dejó en claro antes de partir que si moría en acción Delaney tendría que llevar el vestido más feo que fuera posible encontrar a su funeral. Delaney, por supuesto, accedió a la oscura petición, pero innegablemente divertida.
Mientras estaba en Afganistán, Elliot y Delaney se mantuvieron en contacto. Si bien no llegaron a verse mucho, su amistad se mantuvo fuerte. Desafortunadamente, la demanda de Elliot tenía que cumplirse tres años más tarde tras su fallecimiento.
“La idea fue de Kev, y ahora, cuanto más pienso en ello, más seguro estoy de que él sabía que algo iba a pasar”.

Mientras que el vestido de Delaney podría parecer fuera de lugar en el primer vistazo, la historia detrás de él encaja perfectamente. Todos los asistentes estaban conscientes de la promesa que había hecho a Elliot y fue demostrado apropiadamente por esta extrema muestra de la amistad.
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